Tengo una amiga que no tiene hijos ni quiere tenerlos, y es una decisión que admiro. Creo que es preferible que, de tomar la decisión contraria, tenerlo muy claro. Hay muchas personas que han decidido aventurarse en la pa/maternidad por presión social, ahora se arrepienten y es algo terrible para ellos y, en ocasiones, para las criaturas que traen al mundo.

Ella es una mujer con unas ideas claras y con una manera ruda de compartirlas. En otros temas, realmente, admiro un poco su forma de ser contundente en sus afirmaciones, de no dudar sobre sus opiniones y de no dejarse convencer. El problema es que uno de los temas sobre los que más opina en su día a día es la maternidad. Y no digo que debas ser madre para opinar, pero quizá para dar lecciones constantemente a todas tus amigas, humillarlas en ocasiones por tomar las decisiones que a ti te parecen equivocadas y criticar prácticamente todo lo que hacen, es posible que el hecho de no haber pasado con un menor de 20 años a cargo durante más de media hora te desautorice un poco en la materia ¿no crees?

Somos un grupo de cuatro amigas, tres de nosotras tenemos descendencia. Una tiene una niña adolescente a la que explica constantemente por qué su hija es tan respondona. Obviamente es por su culpa y por todos lo errores que cometió en su crianza, como tener en cuenta su opinión y otras “aberraciones modernas”. Otra acaba de tener a un pequeñín precioso, lleva 2 meses en esto de la maternidad y, si de algo está segura, es que no quiere ver en un tiempo a nuestra amiga, ya que ha intentado explicarle por qué su hijo llora tanto y ella lo está haciendo mal con su lactancia. Desde que no queda con ella está más tranquila y dice que durante el tiempo en que no se sienta cómoda separándose de su bebé no sabe cómo mantendrá su amistad con nuestra amiga, ya que no quiere seguir soportando sus intrusiones constantemente, aunque ya le adelanté el hecho de que no traer a la criatura no la exime de recibir lecciones igualmente. Luego estoy yo, que tengo tres en tres etapas del desarrollo totalmente distintas y en las tres mi amiga haría siempre lo contrario de lo que hago yo. Da igual cual sea mi posición, la suya siempre es la contraria y siempre es mejor.

Cuando Soraya tuvo a su pequeña todavía éramos unas niñas. Ella acababa de cumplir 19 y la maternidad le pasó por encima arroyándola como cuando pasas demasiado cerca de un columpio ocupado. Su novio de la adolescencia desapareció a los cinco minutos escasos de comunicarle el positivo. Creo que era una situación lo suficientemente dura para ella. Contárselo a sus padres, replanificar su futuro… Pero sin duda recuerda como el peor momento, cuando se lo contó a Carmen. La bronca que no le echaron sus padres (que fueron muy comprensivos y la apoyaron en todos) se la echó ella. Era una irresponsable, había jodido su vida… En fin, lo que no necesitaba escuchar. Al principio, desde que nació la niña, se distanció un poco de todo, y es que no era fácil de gestionar para ella tanta hormona, tanto cambio y seguir con los estudios. Gracias a la ayuda de sus padres, terminó la carrera. Ahora es abogada y le va bastante bien, pero cuando la niña iba al colegio se cansó de escuchar a Carmen diciendo lo poco que atendía a su niña, el poco tiempo que le dedicaba por su trabajo y cómo eso la iba  a perjudicarla en el futuro. Ella ya cargaba con esa culpa, pero quería darle un buen futuro y no quería abandonar su carrera. Aun así, siendo objetivas… Jamás la desatendió. Nunca faltó a una función del colegio, siempre la acompañó en excursiones y participó en las actividades de la asociación de madres y cada fin de semana tenían planes juntas. Simplemente no la llevaba ella al colegio ni a las actividades, aunque si la ayudaba con las tareas del colegio. Igualmente, para Carmen era una niña claramente no deseada y hubiese sido mejor no tenerla, total, para el caso que le hacía. Ahora, que es una adolescente y empieza a tener sus despuntes hormonales, le dice que todo esto viene de haberle hecho tanto caso de pequeña. Si al final… El caso es criticar.

A mi con el mayor me frio a consejos sobre lactancia, luego me explicó mil veces por qué era mejor darle biberón, ya que lo estaba haciendo dependiente de mí y, claramente, con 9 meses debía ser ya… no sé, ministro por lo menos…. Al llegar el segundo me dijo que era demasiado pronto, solo se llevaban 3 años y le estaba robando a su hermano mayor la oportunidad de ser único más tiempo. Eso si, cuando tuve a la pequeña me dijo que había esperado demasiado, que ahora no jugarían entre ellos y que estaría siempre sola y sus hermanos tendrían que cargar con ella.

Carmen es buena persona, es una amiga fiel, leal y atenta. Pero en cuanto a la maternidad de las demás es asfixiante, metiche, ofensiva y cargante. Es un “cuñado” en versión mujer de treinta y tantos y, a veces, nos da rabia quedar a sus espaldas. Pero si alguna de nosotras necesita desahogarse sobre algún tema relacionado con los niños, no podemos soportar que esté presente, es totalmente incapaz de mantener la boca cerrada, de escuchar y callar, de no atacar directamente. Siempre tiene que apostillar cada frase con el “me lo vas a decir a mi…” y no se da cuenta de que ¡no tiene hijos! ¡Claro que se lo vamos a decir! ¡no tiene ni idea de lo que dice! Me da mucha pena, pero al llegar este último bebé al grupo, creo que se va a sentir más desplazada y su manera de integrarse, en vez de ser ofreciendo su apoyo, siempre es imponiendo su opinión. Yo sé que lo hace porque quiere formar parte del proceso, quiere ser una más, y lo es, pero no se da cuenta de que cada vez que nos ataca de esa manera nos aleja de ella. La niña de Soraya nos considera sus tías, a todas menos a ella, porque siempre le riñe y se queja de todo lo que hace. Sabemos que adora a nuestros hijos y que decora su casa con nuestras fotos, pero debe relajarse y ver que su forma de darles/nos cariño no es la correcta.

Espero que algún día Carmen vea el error, porque es una mujer fantástica y me encantaría disfrutar de su amistad muchos años más.

 

 

Escrito por Luna Purple, basado en una historia real.