Queridas lovers, sí, uso una talla 12-13 de Zara kids para mis pantalones y de otras tiendas similares, sin pasar nunca de la talla 14.

Tengo 26 años, un número 35 de pie, mido 1,55cm y peso 42 kg. No, no estoy esquelética ni mucho menos. La verdad es que como lo que me da la gana y tengo mis curvitas, que bienvenidas sean todas ellas.

Por razones que sólo la genética sabe, a partir de los 12-14 años dejé de crecer y me quedé en la edición de bolsillo. Es por eso que siempre había tenido complejos con mi estatura, con mi edad, con no sentirme una niña al lado de mis amigas, etc. Os podéis imaginar qué tipo de bromas suelo soportar, aunque sinceramente, me lo tomo con mucho humor.

El problema viene cuando tengo que ir de compras, es imposible que nada me vaya bien.

Mi mayor enemigo son los pantalones, que siempre me van largos y anchos, y si encima tenemos en cuenta que llevan elastano y que se irán dando de sí… ¡Todo un drama! Le siguen en orden de rivalidad los zapatos, que con un 35 no hay manera de encontrarlos que no sean bambas, en serio, todo un despropósito encontrar tacones elegantes.

Con las camisetas no tengo tantos problemas, la XS de cualquier tienda me suele ir bien, a pesar de que no siempre hay muchas unidades. Al final, acababa comprando pantalones (de la 34 de adultas) por 25-35€ teniendo que arreglarlos en casa o llevándolos a arreglar.

Es por eso que tengo que comprar en la sección de niñas, y no la talla más grande, no, sino una 11-12. ¿Lo bueno? Es más barato, aunque el diseño y la calidad no sean las mismas. Lo malo, es que hay poco donde elegir. 

Estoy segura de que no soy la única que duda hasta de su DNI antes de comprar por internet, por culpa de la talla. Segura también, de que no soy el único taponcillo de por aquí, que somos muchas más y que somos geniales tal y como somos, aunque a veces nos cueste verlo y aceptarnos.

No sé si a las niñas de 11-14 años les dan de comer un abono especial para plantas trepadoras, si mi genética ha jugado mal sus cartas o si no me colgué lo suficiente de las puertas para crecer, cuando era pequeña. El caso es que a pesar de todo (indignación incluida), me gusta bastante mi cuerpo y mi estatura.

¡Espero haberos dado un punto de vista más alegre y positivo!

Anna Jordana Castellà