Que sí, que las barbas están de moda (en realidad ya son tan mainstream que podemos decir que están demodé) y entiendo que muchas fans del afeitaido estáis cansadas de ver a todos los chicos uniformados con sus pelos en la cara. Que sí, que hay muchos hombres que se esconden detrás de una barba para parecer más guapos o menos feos, según se mire (afirmación que me hace mucha gracia porque durante años las mujeres hemos podido tapar nuestras imperfecciones detrás de una buena capa de maquillaje). Pero todavía somos legión las mujeres (y hombres y viceversa) que se ponen tontitas cuando vemos una barba bien puesta y esta terrible enfermedad nos viene de antes de que los hipsters decidieran parecer homeless de la era moderna.
Qué queréis que os diga, tengo debilidad por los hombres con barba (y gafas) porque soy de las que piensa que «donde hay pelo (con moderación) hay alegría» y ahí van mis razones para amarlas:
1. El vello facial es muy masculino. No todos los hombres tienen la mandíbula angulosa y perfilada de muchos top models, así que la barba puede convertirse en el aliado perfecto para ellos.
2. Será culpa de la decada de los 70, pero los barbudos siguen teniendo ese aura de progres intelectuales que, claro, conquista (debo reconocer que esto no se cumple en el 100% de los casos, pero ¡eh! es mi post y me invento lo que quiera).
3. La barba ayuda a conseguir ese look cargado de una especie de serenidad adulta, casi decimonónica, que nos resulta tan irresistible a algunas mujeres (habría mucho que escribir sobre este tema, pero no me escondo).
4. El look leñador sienta bien a casi todo hombre corpulento: barba, camisa de cuadros y a soñar.
5. Proporciona momentos muy graciosos. Ese momento en el que quedas con un chico, se pide una caña, bebe el primer sorbo y ¡zasca! toda la espuma se queda atrapada en su bigote. Momento de risas y corazones en los ojos. ESE momento.
6. Al contrario de lo que pueda parecer (y esto está contrastado con algunos barbudos de bien) llevar una buena barba es un signo de limpieza, porque llevarla recortadita y maja es un trabajo de tres pares de c*****s. Es casi como llevar las ingles perfectamente depiladas to-dos los días.
7. Una barba limpita y acondicionada es un gustazo para los sentidos, en concreto para el olfato y para el tacto. Porque, amigas, la barba no pica, hace cosquillas. La barba es como el sexo: es sucia cuando no se lava.
8. Mullir una barba ajena es muy desestresante, a veces incluso puedes tunearlas y hacer trencitas y cosis.
9. Si quieres saber si te encuentras ante un auténtico barbudo te va a tocar hacer LA pregunta: «¿desde cuándo llevas barba?». Si la respuesta es que desde antes del 2010 no lo dejes escapar, es un barbudo de pro.
10. Cochinas, que sé que todas estáis pensando en lo mismo: si hablamos de sexo oral la barba es un plus en estimulación.
Si eres de las que no le gustan las barbas, este post te gustará más.
