Ya os he confesado en otros posts, que yo soy mucho (muchísimo) más de dulce que de salado. Y si hay un postre que me traiga loca por encima de todos, ese es el helado. Es mi foodporn favorito del mundo mundial. Podría comerlo sin parar. Invítame a un helado rico y me ganas por siempre jamás, y si ya encima tiene tropezones, me enamoro. En serio, os prometo que podría estar comiendo helado a todas horas. Soy adicta. De hecho, heladería buena que abren por mi zona, heladería que voy a catar rápidamente: Kalúa, La Romana, Mistura..no se me escapa ninguna. Pero claro, ni la nata ni el azúcar son cosas que yo pueda meter a lo grande en mi alimentación, por lo que como buena loca del helado que soy, me he buscado una alternativa más sana para poderlo tomar siempre que me entre el mono (que es, básicamente, todos los días).

image2

image1

Vamos a necesitar:

1 plátano congelado (yo suelo tener siempre un tupper en el congelador donde voy metiendo todos eso plátanos que se me van quedando pasados)

20 ml de leche de almendras sin azúcar

10 gramos de cacao desgrasado sin azúcar

1 cucharadita de café de edulcorante líquido (opcional)

 

Para el topping:

1 onza de chocolate negro 80% sin azúcar

 

Elaboración:

Metemos en el vaso americano o batidora el plátano previamente congelado (a ser posible cortado en trocitos) junto con el cacao desgrasado, la leche y el edulcorante y batimos a potencia alta durante un minuto.

Comer o reservar en el congelador hasta que nos lo vayamos a zampar (al ser tan rápido de hacer, yo me lo preparo sobre la marcha). ¡Así de fácil!

Nota: Si como a una servidora, os apasiona el Chunky Monkey de Ben and Jerrys, vais a amar este helado.

 

¡A disfrutar!