Sus ojos penetraban en mí esperando una respuesta. Yo seguía atónita, buscando algo a mí alrededor que me indicase que todo era parte de una broma.  Indecisa y nerviosa, apenas me atrevía a mirarle hasta que sus manos se posaron en mis caderas y me llevó hacia él.Sus labios rozaron los míos y mi timidez se perdió en ellos.

Las caricias algo torpes no restaban la intensidad del momento y cualquiera podría vernos. Eso sólo le añadía más excitación.   Sus labios bajaron a mi cuello mientras sus manos ya tocaban mis pechos debajo del vestido. Yo perdida como estaba todo me daba igual.

Mis manos buscaban la cremallera del pantalón, necesitaba sentirle dentro de mí, la excitación era tan grande…  Creo que no fui la única sorprendida. Con las medias por los tobillos y su miembro en todo su esplendor. Me senté encima de él despacio disfrutando de todo lo que me ofre cía. Sentir que ahora, era yo quien manejaba la situación me hacía sentir deseada, poderosa y sexy. Su cara solo reflejaba deseo mientras sus caderas me embestían con cada movimiento.

 

Me tapó la boca para apagar mis gemidos y aún así, estaba tan extasiada que mi voz se escuchaba. Busqué su boca y me permití dejarme llevar por un ritmo que el mismo marcaba.

Cuando quise darme cuenta, el estaba encima de mí. Notaba su peso sobre mi cuerpo, sus labios en mis pechos, haciendo que me fuera otra vez. No sabía cuanto aguantaría pero sí que no deseaba que terminase nunca.Volvemos a cambiar de postura, esta vez, estamos de pie y me empuja contra la pared pegándose a mi cuerpo, acariciando cada centímetro de él, su boca se centra en mi cuello haciendo que un escalofrío recorra todo mi ser.

 

Hacía tiempo que no sentía tanto placer, mis orgasmos seguían uno de otro, perdí la cuenta y sólo sentía que deseaba más. Su ritmo se aceleraba, mientras notaba como su miembro estaba a punto de estallar, con un último empuje, acabamos los dos juntos.

Extasiados y sudados.