Sácate unos euros con la vajilla de tu abuela

Dicen que quien tiene una abuela, tiene un tesoro. Las abuelas son fuente de inspiración, de cuidado y de mimos. Son un libro abierto de sabiduría, se saben los mejores remedios caseros, desde los que curan ese dolor de garganta persistente o esa mancha de bolígrafo en tu camisa de la suerte, o esa receta familiar que solo con oír su nombre te transporta a tu feliz infancia.

Esos recuerdos de hogar vienen acompañados de objetos que han tenido o tienen algún valor especial, seguro que ahora en tu mente retienes algunos de ellos. Aquella mantita con la que te tapaba cuando te hacías la dormida, el colgante que llevaba en el cuello, e incluso aquella vajilla de porcelana antigua que heredaste de tu abuela, pero que a ser sinceros, ni a ella le gustaba.

Si tienes porcelana antigua en casa, que no concuerda con tu decoración, puedes sacarte unos euros con su venta. Para que no te den gato por liebre te contamos algunos de los factores a tener en cuenta en su tasación.

Lo primero que deberías observar para poder tasar de forma correcta tu vajilla es reconocer el caolín. ¿Qué es el caolín? Pues bien, el caolín es un tipo de arcilla formada por diversos óxidos como potasio, sodio o hierro y agua. Este material dota a la porcelana de durabilidad, translucidez y de su blancura. El caolín contiene gran proporción de óxido de hierro, el cual se aglutina en diversos puntos en su momento de la cocción de la pieza formando diferentes surcos. Estos desperfectos son indicadores de antigüedad. Estos amalgamas se muestran cuando son iluminados por una lámpara especial enfocada directamente en la base de porcelana.

El origen geográfico es otro aspecto determinante. Las viejas porcelanas presentan distintivos en forma de dibujos o letras que informan de su procedencia.  Incluso puede que encuentres alguna firma del propio artista.

También deberíamos tener en cuenta los microrrayado. Estas marcas son heterogéneas, todas diferentes y son consecuencia del paso del tiempo. Existen falsificaciones que imitan estas imperfecciones, sin embargo en ese caso las rayadas suelen producirse hacia la misma dirección fruto de movimientos idénticos.

Cómo fue adquirida, si disponemos de alguna certificación de compra o en qué condiciones de conservación se encuentra aumentan su cotización. Los coleccionistas buscan piezas únicas pero siempre apuestan primero por aquellas que se encuentran en mejor estado.

Todos estos componentes configuran la receta perfecta de una buena tasación. Si tienes dudas puedes consultar con alguno de los anticuarios de tu ciudad para averiguar si tu vieja vajilla es una pieza original. Quien sabe…quizás aquella vajilla antigua guarde en su interior una última sorpresa.

 Rebeca Baena