Soy Team verano y no me da vergüenza reconocerlo. Es verdad que las temperaturas se ponen imposibles. Pero ya puestos a pasarlo mal, prefiero hacerlo bajo el solecito, con la playa a mis pies y un tintorro desde un chiringuito. Me gusta tanto el verano que, en cuanto empiezan a subir las temperaturas, ya empiezo a preparar los modelitos para la playa. Me encanta comprar caftanes, pamelas, pareos y sobre todo bikinis. Yo no soy muy de tanga, pero tampoco me gusta la bragaza. Prefiero el corte brasileño, que ni te tapa del todo ni parece que llevas puesto un tirachinas.

Sin embargo, este año estoy un poco rallada; hace un par de semanas y sin razón aparente mis nalgas se han llenado de granos. En general son pequeñitos, pero hay algunos grandes, tipo acné adolescente y claro, se ve feísimo. He ido al médico para averiguar por qué me han salido y las razones son variadas, desde un desajuste hormonal hasta el mero hecho de estar muchas horas sentada con ropa que no transpira demasiado bien. El caso es que mi culo parece una panocha y por lo que se ve, no hay ningún remedio milagroso para poder quitarlos de un día para otro.

Pero la idea de lucir palmito con las nalgas así se me hace insoportable, así que le pedí al doctor recomendaciones para eliminarlos lo antes posible. Por lo que se ve lo mejor es poner el culo al sol y eso está muy bien, pero claro, si lo que pretendo es que nadie vea mis granos eso es harto complicado.

No puedo ponerme a tomar el sol en el balcón, resido en un bloque pequeño en mitad de una ciudad. Desde mi balcón puedo ver hasta la decoración del salón de mis vecinos, por lo que la idea de usar mi balcón para eso estaba descartada. El agua de mar también es una buena solución al parecer, pero claro, siempre que la piel transpire, así que o me voy a la playa con un bikini tipo short y me lo quito cuando esté dentro del agua para que mis pompas disfruten de la terapia salina o me busco otra opción.

He probado con mascarillas para glúteos, pero ni frío ni calor. Huelen muy bien y la sensación es agradable pero los granos siguen intactos. Lo he intentado con aceite de árbol de Té, que supuestamente era la panacea para estas cosas, pero aparte de escocer bastante no me ha hecho nada más. También lo he intentado con jugo de limón y casi me ahorro el comentario. Aparte de ser pegajoso y el peligro de que caiga en otros territorios con la consiguiente sensación de quemazón, no ha sido más que otro terrible desengaño. Y mientras yo acabo con mi dinero y mi paciencia, mis glúteos siguen acnéicos perdidos.

Ha llegado el momento en el que me he tenido que plantear si vale la pena. No dejo de pensar en las personas que tienen este tipo de problemas en lugares más visibles, en lo que eso les supone y en lo bien que lo llevan generalmente. Eso me hace sentir algo infantil, incluso estúpida. He de reconocer que odio estos granos con todo mi corazón, no sé por qué están ahí y me hacen sentirme insegura, pero hay cosas que forman parte de nosotras, aunque no nos gusten, cosas que no podemos evitar.

Así que tengo dos opciones, seguir con el drama, compadeciéndome de mí misma y ocultar mi culo al resto del mundo hasta que esto se solucione, o aceptar que no soy perfecta, buscar un outfit divino y prepararme para el primer chapuzón del verano. Aceptar que es posible que la gente me mire o yo lo piense, aunque en realidad no lo hagan, pero ante la decisión de amargarme y esconderme por estar acomplejada, he decidido que quizás me sienta mal al principio, pero es algo a lo que me tendré que acostumbrar.  Y respecto a los demás, digan lo que digan o hagan lo que hagan, mis granos, mis nalgas y yo nos vamos a la playa.

 

Lulú Gala