Esto me parece tan surrealista, que no sé ni por dónde empezar. 

Mi prima y yo siempre hemos tenido una relación muy estrecha. Tenemos la misma edad, y jamás hemos perdido el contacto desde que éramos unas niñas. Nos hemos ido de fiesta, de viaje, y hemos dormido siempre en casa de la otra bastantes veces. Ella siempre ha sido muy guapa y atractiva, y ha ligado un montón. Le he conocido mil rolletes, pero nunca la había visto enamorarse. Hasta que conoció a Alejandro.  

Llevaban cinco meses y mi prima estaba enamoradísima hasta las trancas. Se la veía muy feliz. Sin embargo, hace poco más de dos semanas, mi prima le descubrió una infidelidad. Básicamente y en resumidas cuentas, se lo encontró en una discoteca liándose con otra chica. 

Esto evidentemente la dejó KO. Estaba fatal, llorando por las esquinas todos los días, y no quería ni salir de casa. Estuvimos hablando unos días, y cuando fui a su casa y la vi, con unas ojeras hasta el suelo y una cara de estar pasándolo muy muy mal, no lo dudé ni un segundo. Le dije que se viniera un par de semanas a la mía, que estaría más que acompañada por mi y por mi novio (que ya lo conoce de hace un par de años y se llevan genial) y que le haríamos toda la compañía posible todos estos días para que mejorase. Que no podía estar así por un tío miserable, y que necesitaba despejarse y salir de casa de sus padres. 

Ella aceptó un poco a regañadientes, pero finalmente se vino muy contenta. Su cara cambió en cuanto vio a mi pareja. Él le brindó palabras de consolación y de apoyo y se dieron un gran abrazo. Yo me sentí muy feliz de ver que parecíamos mejorar su ánimo y me empeñé en que pasara unas semanas lo mejor posible. Fuimos al cine, a comer por ahí, la obligamos a salir y la consolamos cada vez que tenía un bajón o que recibía un mensaje del ‘miserable’. 

Pues bien, un día decidimos pedir a domicilio y ver una película en casa. Nos lo pasamos pipa y, aunque era viernes, yo estaba muy cansada de la rutina diaria y por más que intentaba evitarlo, se me cerraban los ojos; hasta que finalmente caí rendida. 

En un momento de lucidez, escuché “¿está dormida?” “ya ves, está frita la tía” un par de risas y poco más, así que me dejé llevar por Morfeo y dormí como un bebé en el sofá. 

Lo que intuyo que fue un buen ratazo más tarde, me medio desperté, en esta fase que estás como entre dormida y un pelín despierta, y cuando no había abierto ni los ojos aún, escucho decir a mi prima. 

“A ver, a mí…es que desde siempre me has gustado. Vamos, que si estuviésemos solos los dos te comería la boca ahora mismo” 

No me dio tiempo ni a escuchar la respuesta de mi novio. Flipé tanto, que pegué un salto del sofá casi instantáneo, cual gato. La empecé a liar tanto, que tuve que despertar a los vecinos. Mi prima me dijo que le estaba contando una anécdota de una cosa que le dijo a un chico, pero al ver la cara de circunstancias de mi novio y la mirada que me echó, supe que era mentira. 

¡Encima de todo, me quiso vacilar! La llamé de todo, y la eché de mi casa en ese mismo instante. Mi novio quiso quitarle algo de hierro, pero no me dio la gana. 

Cogí todas sus cosas y las metí en bolsas mientras gritaba tras la puerta que la dejara entrar, que no era lo que creía. Mi novio me confirmó que sí que lo era, así que seguí metiendo sus cosas, la avisé de que iban a ir por la ventana y que bajase a por ellas, y así fue. 

No podía creer como después de la relación que teníamos, de todo el apoyo y el cariño que le di, después de haberle abierto las puertas de mi casa, y después de haber sufrido en sus carnes lo que era descubrir una infidelidad, había sido capaz de haberlo intentado siquiera y encima EN MIS NARICES. 

Es que no me lo podía creer. No daba crédito. 

Ella ha intentado contactar conmigo varias veces, pero desde entonces, no le he vuelto a hablar. 

 

 

JUANA LA CUERDA basado en la HISTORIA REAL DE UNA AMIGA