¿Alguna vez te has sentido un fraude en tu trabajo? ¿Has pensado alguna vez que tus compañeros están mejor preparados que tú para tu empleo?

Ese sentimiento tiene un nombre y se llama ‘síndrome del farsante’. Se trata de un tipo de ansiedad e inseguridad que crece debido a comentarios sociales.

Todos tenemos claro que no nos puede afectar lo que dice la gente, pero es inevitable que a veces cambie nuestro estado de ánimo cuando se repiten los mismos comentarios una y otra y otra vez.

‘¡Menuda suerte has tenido!’ ‘¿Y qué puedo hacer yo para tener tu trabajo?’ ‘Increíble que hayas llegado tan lejos con lo poco inteligente que pareces’

¿Te suena? ¿Has tenido el honor de que alguien te dijera algo así? Si la respuesta es sí, ahí tienes el inicio de todo.

El síndrome del farsante surge cuando no nos sentimos suficiente a nivel laboral y creemos que en cualquier momento nos pueden sustituir por alguien mejor.

Siempre ronda por nuestras cabezas que podríamos mejorar el nivel de inglés, que igual exageramos o mentimos un poquito al añadir algunos datos en el currículo y que deberíamos esforzarnos un poco más para destacar frente a otros. Es evidente que hay que reciclarse a diario y que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, pero la experiencia es un grado y si tú lo tienes, valóralo.

Por una parte, este síntoma lo vivirás por una falta de autoestima y de menospreciar tu empeño. Si tienes una carrera, un máster y has luchado por tener tu puesto de trabajo, créete ya que te lo mereces. Olvídate de cuando te decía que te vas a hacer de oro por trabajar tanto, porque no solo lo haces por una remuneración, sino para sentirte realizado como profesional.

Yo soy la primera que mandaría mi trabajo bien lejos algunos días, aunque no puedo evitar sentirme la puta ama cuando veo que todo mi esfuerzo y mi lucha diaria dan sus frutos.

Por otro lado, el incesante chismorreo de que lo has ‘tenido suerte’, bórralo de tu mente. El azar regala jamones, lavadoras y puede que te premie con algún polvazo bien dao, pero no en el mundo laboral la suerte no existe, solo la constancia y esfuerzo constante. La gente es muy envidiosa y nadie es capaz de asumir que si a ellos no les ha llegado ‘esa suerte’ es porque tampoco se la han buscado.

Empieza a creer más en ti, lucha por tus objetivos y no te sientas intimidado por los demás, aprende de ellos.