Que a mi chico le ponen las curvas es un hecho. Le encantan mis michelines, mis pliegues, mis tetas abundantes y tener donde agarrar. El problema es que empiezo a pensar que más que mis propias curvas, le gustan las de todo el mundo.

Tener preferencia personal por algún rasgo o característica física es normal, y lo cierto es que él nunca me ha ocultado que desde bien pequeño lo que le pone más caliente que el palo de un churrero es una mujer con doble ración de carne. Todas sus novias hasta la fecha han sido gordibuenas de manual. Unas más guapas, otras más feas pero siempre con bien de kg de más. Por eso cuando le conocí y fue tan sincero me pareció hasta adorable. ¡Por fin un chico que no tiene miedo a reconocer lo que le gusta!

El problema vino cuando empecé a darme cuenta de que su obsesión por las curvas podía llegar a afectar a nuestra relación.

Utiliza su cuenta de Instagram para seguir a todas las bloggers de talla grande españolas e internacionales que existen. Pero no solo las sigue, también les comenta públicamente lo guapas que son o los cuerpos tan atractivos que tienen. Le he preguntado una y mil veces si su admiración por esas chicas no le lleva a querer tener contacto con ellas más allá del que podría tener un fan (al fin y al cabo yo también las sigo porque me encantan) y él me niega rotundamente que hable con ninguna por privado o que fuera capaz de llevarlo más allá. Que para él son iconos como puede ser para otro tío Pamela Anderson y le gusta saber de ellas como afición.

Pero aquí es donde yo me pregunto… ¿Estoy loca por pensar que esto no es del todo normal? ¿Tengo derecho a pedirle que no las siga y no interactue con ellas? ¿Está conmigo solo porque estoy gorda?

Porque sí, he llegado a plantearme que lo que más le gusta de mi son mis kilos de más y en ocasiones he llegado a sentirme como un fetiche cuando yo quiero sentirme amada, deseada y querida por todo lo que soy, no solo por mi apariencia como si fuera un coleccionable de Planeta Agostini.

No sé si busco consejo o solo desahogarme. Probablemente necesito saber si esto que me sucede es algo habitual o soy la única que tiene un novio enganchado a las curvas como si la vida le fuera en ello.

¿Dónde termina la preferencia y empieza la obsesión?

Autor: Rosaura.

En las fotos: Fluvia Lacerda