¡¡Saludos a todxs lxs weloversize!!

Os voy a contar uno de mis varios follodramas. Para poneros en situación, tengo que contaros que trabajo para un centro religioso encabezado por un grupo de monjas. Eso no quita que fuera de mi jornada de trabajo me guste pecar un poco. De hecho, me gusta pecar mucho. ¡Y más que deberíamos pecar! Pero cosas de prejuicios, una chica curvy que trabaja en un centro religioso no da la sensación de poder disfrutar libremente del sexo. No saben lo mucho que se equivocan…

Era una tarde tonta y caliente, digna de la canción de Estopa, cuando quedé con un chico al que llevaba conociendo un tiempo. Habíamos quedado a primera hora de la tarde. Dimos una vuelta, estuvimos tomando algo y como muchas citas acabamos en el coche. Era el momento de la hora horny.

Nos fuimos a una zona apartada lejos de miradas y de luces para tener más intimidad. Empezamos con unos besitos, unas acaricias y aquello fue subiendo de tono… a una que le gusta empotrar tanto como que la empotren, me subí a horcajadas encima del chico en cuestión. Ahí estaba yo dándolo todo cual vaquera cuando escucho mi móvil sonar y vibrar.

El chico me preguntó si lo iba a coger, y le dije que no tardaba nada, que seguramente era mi madre preguntándome si iba a cenar y que después le compensaría. Pero no, sorpresa la mía cuando veo en la pantalla: “Sor María”.

Se acabó la hora del pecado. Y se podría decir que por intervención divina. También se acabó el empotramiento, su erección y todo. Al menos el chico se lo tomó con humor y esperó a que atendiera la llamada de mí querida jefa monjil.

Al final las cosas con este chico no fueron a más que un par de quedadas. A veces me preguntó si Dios me estaba vigilando y advirtiendo “con ese chico no vas a ningún lado” e intervino para una llamada de coito interruptus. Ahora sólo pido que mientras encuentro al adecuado, me deje disfrutar del equivocado.

 

Lachicadel92