No termino de olvidarte. Como si todo lo que vivimos y lo que dijimos, siguiera anclado en mí.

Cajas llenas de lo que fuimos, de las cosquillas que nos hacíamos, de tu olor cincelado en las sábanas.  Cajas de nosotros, una sobre otra, como si mi memoria fuese una habitación. Una habitación que crece, que tiene las paredes blandas y extensibles para acumular sin límites. Así nuestra historia quede perdida entre cientos más, pero salvaguardada sin que pueda sacarla nunca de mí.

No termino de olvidarte, pero ya no me llegan los recuerdos con un suspiro. Pero sí, me siguen viniendo con ese pinchazo en el pecho, ése que me pincha al respirar. Segundos en los que cada expiración duele como cuando se sube al final de una cima, como un aguijón en el centro, como una punzada certera al centro de mí.

No termino de olvidarte, pero mi mente ha dejado de rebuscar en nuestros primeros recuerdos y a empezado a encontrar nuestras últimas cajas. Ésas rellenadas con tu hueco que te dejaba en la cama vacío y frío, con nuestros “tenemosquehablar”. Nombradas con la amenaza de un final,  sabiendo que nuestra historia se acababa. Cajas llenas de presentimientos y certezas de que íbamos a dejar de ser nosotros para pasar a ser sólo recuerdos del otro.

No termino de olvidarte, pero tengo miedo del día en que no pueda hacerlo.

No termino de olvidarte y tengo el mismo miedo de no hacerlo como que de algún día llegue. Porque sé que si vacío ese trastero que es mi memoria, si me libero de tus cajas y de las mías, dejaré de ser yo.

Me asusta que me deje de doler el pecho cuando me vuelve tu nombre a mi boca. Y ya me duele más lo que no pudimos ser, que el que fue ese adiós silencioso y eterno. Guardo el frío de tu lado vacío en la cama, tu olor a nicotina en los dedos, tu nombre pespuntado en mi pecho.

Pero poco a poco, nuevas cajas están llegando. Cajas señaladas por fuera como: nuevos planes, nervios bonitos, miedo a lo que viene. Están rellenadas con nuevas caricias, nuevos olores y nuevas formas de querer.

 No termino de olvidarte, sé que nunca lo haré. Pero he dado cuenta de algo.

No termino de olvidarte, pero he parado de no dejar de recordarte.