Soy infiel mental. Quizás empiece este artículo diagnosticándome antes de tiempo, lo sospecho, por no decir que estoy casi segura.

Veréis, en los cuentos y películas se nos narra la historia de un príncipe que conoce a princesa y con un beso le jura amor para toda la vida. Vemos la foto de la boda de nuestros abuelos y pensamos en que ellos, jamás de los jamases, podrían fantasear como nosotros. Incluso a veces, cuando compartes cafés ( que no cañas) con tus amigas, te crees la rara del lugar por un momento y piensas ¿querré yo menos a mi pareja por imaginar cómo sería una noche tórrida con ese morenazo?. ¿ s un signo de alerta que me puede hacer replantearme si mi relación funciona?. ERROR AMIGA. Deja de comerte el coco.

Todos, a lo largo de nuestra vida, tenemos fantasías. De muchos tipos, de pequeña me gustaba imaginar cómo sería mi vida si fuese monja (cero componente sexual, como véis), o aún ahora a veces cuando me quedo mirando a la nada divago recreando en otra vida que no me pertenece, por ejemplo, me imagino siendo Adele, recorriendo los escenarios del mundo. Y sí, por supuesto, en el terreno de las fantasías las estrellas, las que más gustirrinín dan son las sexuales. El porqué es obvio y no me voy a poner a explicar aquí lo que todas ya sabemos.

Muchas mujeres fantaseamos con la idea de acostarnos con otra mujer, sin que eso signifique que vayamos a hacerlo, o sí, quién sabe. Otras muchas fantasean con la idea de ser empotradas por un macho ibérico en pleno centro de la ciudad mientras otros les observan, las habrá que lo hagan con un trío, una orgía o un sexteto de cuerda. En el mundo de la fantasía, desconozco los límites ( siempre que sean legales, ya nos entendemos).

La imaginación es un don que nos ha dado la naturaleza, un don maravilloso, un pequeño secreto dentro de nuestro cuerpo. Uno puede elegir compartir o no esas fantasías, y de verdad, fantasear sin que esto afecte para nada a nuestra relación de pareja.

Siempre me ha gustado mucho una frase que dice algo así como ¨tengo novio, pero también dos ojos en la cara¨. Y si , amigos y amigas, es totalmente normal que tanto a ti, como a tu pareja, se os vaya la vista o la imaginación a otra parte en un momento. Para mi la fantasía forma parte de mi intimidad, de esa parte que me gusta manejar a solas. De esos pequeños momentos de soledad en los que yo soy quien manejo.

Quizás aceptar que tu fantasía te pertenece te ayude a aceptar que con quien compartes cama te quiere del mismo modo aunque alguna noche sueñe con otra, o con otro, qué más da. En la vida, como en casi todo, los límites están donde falte el respeto, y que queréis que os diga, algunas noches hablo con Velencoso en sueños y aquí no ha pasado nada.

Ojalá la vida nos de fantasía para rato, para jugar, para explorar, solos o acompañados. Ojalá nunca dejemos de imaginar cómo serían si… , pero a la vez, que siempre, después de ese ratito, tengamos ganas de volver a la realidad.

Anónimo.