El amor y el sexo son dos planos diferentes que a veces se cruzan y, como en las pelis, cuando hay amor y llega el sexo, prenden fuegos artificiales y se escuchan violines de fondo. Soy una gran defensora de esta combinación, ya os conté que lo quiero todo, pero ¿qué pasa cuando no coinciden?

Hay circunstancias que hacen complicado que una pareja tenga sexo: preguntad a cualquier amigo que tenga hijos, a ser posible más de uno. ¿Dejamos de amar porque temporalmente sólo nos acostemos a dormir y punto? Obviamente, no. Por otro lado, otras circunstancias propician el sexo pero no amas a la otra persona, ¿entonces? ¿Renunciamos a un rato divertido porque no hay amor?

 

A mí me enseñaron que sí, que el sexo sin amor (léase matrimonio) era pecado y yo me lo creí durante mucho tiempo. Todo el tiempo que tardé en aprender que esto de las relaciones es mucho más complicado y que sexo con amor no corresponde siempre con matrimonio. Tal vez esto es sólo un fallo en Matrix pero a mí me permitió ampliar mi campo de visión, me enseñó una realidad distinta: sexo y amor no siempre van de la mano.

Y el sexo, sin más, tiene muchas ventajas, bien lo sabéis, queridas amigas. Destacaré tres:

  • Tienes libertad total para acostarte con tantos como quieras –hasta en el mismo día, ¿por qué no?– sin dar explicaciones a nadie y para ser quien quieras en ese momento porque tu relación con esa persona no se extiende a otros ámbitos de tu vida…

disfraces sexies

  • Es fácil librarse de prejuicios porque no tratas de impresionar a nadie a largo plazo y te da igual lo que pueda pensar de ti –total, lo peor sería no repetir y te da más o menos igual–, así que dejas los complejos a los pies de la cama y te centras en disfrutar. Curiosamente, esta actitud hará más fácil que acabéis repitiendo.
  • Por lo mismo, no tienes que aguantar penas ajenas: si esto es sólo sexo, no me cuentes tu vida y yo no te contaré la mía. Hablemos de lo que hacemos y de lo que nos gustaría hacer, fantaseemos, pongamos diálogos tontorrones en los reposos entre asaltos… y empecemos otra vez.

Os avisaré también de un peligro: confundir las cosas y querer convertir una relación puramente sexual en una pareja cuando no lo es. Después de una noche de pasión y desenfreno, tened esto bien presente:

tehanfolladobien

Y os conozco a esas que decís que esto no es para ti, que tú quieres algo más, blablablá… ¡A Noé le vas a hablar tú de la lluvia! Eso son excusas, amiga, es tu miedo quien habla, así que al menos piénsatelo y que pensarlo te sirva para no engañarte a ti misma y luego ya, haz lo que quieras, por supuesto pero… ¿cómo puedes saber si te va o no si no lo pruebas?