TINDER: ¿QUÉ LES PASA A LOS TÍOS?

 

No es una pregunta retórica. Y no me refiero solo a Tinder, sino a las aplicaciones para conocer a alguien en general. ¿Qué coño les pasa? 

Seguro que las que habéis navegado por estas aplicaciones habréis dado con este problema en más de una ocasión, y es que los tíos o no leen el perfil, o si lo hacen, se lo pasan por los huevos. Yo, la verdad, es que estoy en una época de mi vida en la que quiero calma, conocer a alguien que sume, alguien con quien conectar y comenzar algo juntos si se tercia. Y lo pongo bien claro: busco algo serio, no quiero ni polvos de una noche, ni fotopollas, ni sexo por WhatsApp. Y, sin embargo, es lo que me encuentro día sí y día también.

O lo que me encontraba, porque hace meses que ya ni entro precisamente por esto.

Y lo peor no es eso, que, dentro de lo malo, bueno, le dices amablemente «mira, es que yo busco otra cosa, no pienso ni ver tu polla ni enviarte fotos de mis tetas», y listo. No, lo peor es que, cuando se lo dices, el tío en cuestión se ofende, te llama de todo, se hace el digno y te bloquea. Y tú te quedas mirando la pantalla con cara de idiota mientras intentas entender en qué momento decir con claridad y educación lo que una quiere se ha convertido en una ofensa para la otra persona.

Parece de coña, pero es que me pasa constantemente. Hay algunos a los que se los ve venir, que a lo mejor ves el perfil y ya huele a «busco un polvo y ya está», o un «solo quiero cascármela», pero otros que engañan. Empiezan las conversaciones muy bien, parecen interesados en conocerte, te tratan súper bien, y te piden en WhatsApp. Y es ahí donde aparece la verdad, porque nada más tenerlo, ya empiezan a preguntarte que si tus tetas son de verdad, que quieren verlas mejor, que si les mandas más fotos, que si un poco más de escote… Y toda esa sensación de «vale, parece que la cosa funciona», se convierte en un «NEXT».

 

Pero este no es el único problema que me he encontrado con los tíos. Luego están los que te bloquean porque sí. Empiezan ellos a hablarte, parecen tíos normales, simpáticos, todo parece fluir. Te piden el WhatsApp, hablan contigo de manera regular, tú empiezas a interesarte y… ¡bye, bye! Es ahí, cuando ya te interesas un poco más, cuando deben agobiarse, o se les cruza el cable, o no sé qué coño pasa, que directamente te bloquean sin darte explicación. Hala, nena, ahí te quedas. Y claro, luego una se pregunta si es que tiene la peste o algo así. Y ya si hablamos de los que te dicen «es que yo solo busco una madre que tenga a mis hijos» cuando se enteran de que no quieres ser madre… Apaga y vámonos.

De verdad, si tenéis buenas experiencias, contádmelas para que pueda creer que hay buenos tíos ahí fuera, porque yo, a estas alturas, estoy empezando a asumir que me voy a quedar más sola que la una —que a ver, malo no es, pero yo quiero mi historia bonita por una maldita vez—, y que acabaré viviendo en un apartamento de mierda. Eso sí, si eso pasa, viviré con varios gatos, eso que no os quepa duda.