¿Cuántas de nosotras hemos pasado por un ataque de ansiedad en público? En el trabajo, en el instituto, en la calle, en una cena familiar. Amigas la ansiedad no perdona, mientras nosotras vivimos, ella nos da la mano a cada lugar al que vamos. Y quizás, a veces eso no sea lo mejor, pues algunas personas de esta nuestra sociedad tienen prejuicios. No obstante a nosotras no nos queda otra que seguir viviendo con ella, por muy malo o bueno que sea esto.

Si padeces ansiedad, es posible que a ti también te hayan dicho alguna de estas cosas (cuanto menos hirientes):

  • Relájate, solo es una discusión.

Como si nosotras pudiéramos evitar estos ataques, como si nosotras pudiéramos estar de nuevo bien en cinco minutos.

  • Eres una dramática, no te he dicho nada para que te pongas así.

¿De verdad se piensan que este comentario nos ayuda? Desde luego que es la peor manera de calmar a alguien con ansiedad.

  • Deja de llorar, no vas a conseguir nada si sigues así.

¡Ni que quisiéramos conseguir nada! Solo queremos estar en paz, y dejar de temblar y ahogarnos entre lágrimas.

  • Estás así porque quieres, no haces nada para estar bien.

¡Claro, por eso vamos al psicólogo o buscamos trucos para calmarnos!

En ese momento, siendo sinceras, nos quedamos paralizadas y dolidas. Pero por suerte, hay cosas que podemos hacer cuando la tormenta pasa, para que aquellos que no entienden la ansiedad, dejen al menos sus comentarios a un lado o quizás, podemos hacer que nos entiendan si lo explicamos bien.

Debemos de hacerles entender que la ansiedad es algo psicológico, que no se cura con reposo y antibiótico, que lleva mucho tiempo (hasta para nosotras mismas) entender que es lo que pasa para que estemos así. Debemos de hacerles entender, que un ataque de ansiedad durará de media 20 minutos y luego puede haber otro por cualquier motivo, ya que nosotras solo somos víctimas de esto que nos pasa y lo único que podemos hacer es controlar la respiración y seguir truco de nuestros psicólogos y/o que hayamos leído.

Para explicar todo esto, y que lo entiendan, tenemos que sentarnos en el sofá con tiempo, con aquellos que nos hagan daño o que queramos mucho para hacerles saber que les necesitamos en esta batalla. Podemos empezar intentando explicar de dónde viene esta ansiedad y diciendo que vas a intentar evitar esas situaciones lo máximo posible, y si no sabes de donde viene, intenta hacer que entre esa persona y tú, encontréis el problema.

Una vez dicho esto, quizás podríamos explicarles que es muy importante que ellos nos apoyen y que al menos, nos intenten entender, pues les vamos a necesitar.  Quizás que te hablen de otra cosa, que te acaricien, abracen o cuenten un chiste. Tendrás que descubrir, junto a ellos, que es lo que mejor en ese momento.

 

Diana R.