Antes de nada os cuento mi situación personal.

Tengo un bebé de 4 meses al que le cuesta un montón  hacer las siestas de día porque le molesta la luz. Si a eso le sumamos que la persiana de mi habitación no acaba de cerrar bien y tiene unas rendijas que evitan que se quede completamente a oscuras… pues mala cosa.

Sobre todo con el cambio de hora, que amanece antes, el bebé empezó a despertarse a las 6,30 de la mañana y ahí fue cuando realmente empecé a buscar soluciones.

Buceando online llegué a un artículo en el que hablaba de Easynight. Se trata de un trozo de tela que se ajusta a la ventana o espacio que tú quieras y que se pega fácilmente con velcros en el marco. Consigue oscurecer cualquier lugar y además se puede quitar y poner con facilidad.

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¿Merece la pena?

Os adelanto que en mi caso, sí, muchísimo.

Lo tienes en varios tamaños. Yo cogí el grande y lo recorté con la forma de mi ventana. Me sobró un buen trozo pero preferí asegurar, la diferencia de precio es muy poca.

La tela es totalmente opaca y de hecho consigue también mejorar la temperatura de la habitación porque evita que entre el frío o el calor. Al cortarla no se deshilacha y los velcros son fuertes, por lo que no pasa nada si la quitas y pones todos los días.
En realidad como veis no tiene mucha ciencia, pero es la forma más rápida de conseguir oscuridad total en una habitación que no la tiene. No deja pasar ni un rayito de luz y es una gozada. El bebé ha alargado tanto sus siestas como su despertar por la mañana.

Y bueno, yo hablo de bebés pero también hay adultos que no son capaces de dormir si no es a oscuras, pues os recomiendo encarecidamente que probéis el Easynight.

 

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