SITUACIONES EN LAS QUE ESTÁS CACHONDA PERO TIENES QUE FINGIR NORMALIDAD

A todas nos ha pasado en alguna ocasión que estamos cachondas perdidas pero ni es momento ni es lugar para darnos el gusto de satisfacernos. Hay lugares que, por la cantidad de horas que pasamos en ellos, lo raro sería que nunca te pasase, como en el instituto o en el trabajo.

Otros que tienen algo de sexy y nos despiertan ese no sé qué que qué se yo y de repente se nos disparan las fantasías, como puede ser un bar chulo o un cine. Luego hay otros sitios que simplemente clasificaría de random places to fuck, como un centro comercial, un parque o en la calle mismamente. Pero ojo, aún así los considero bastante normales para echarte un polvete rápido y seguir con tu vida. Y por último entramos en la categoría de absolutely random and bizarre places to fuck que aquí pues bueno, os podéis imaginar, se añaden fantasías diversas y extrañas como un cementerio (allá cada cual con sus fetiches), una iglesia o tu puesto de trabajo. No me sé historias de gente a mi alrededor que haya follado en sus trabajos pero ojalá hubiese más porque me parece erótico que te cagas.

Yo, que soy una guarra de categoría y orgullosa de serlo, me he puesto cachonda en tantas situaciones extrañas que necesitaría más páginas para contaros.

Una vez me pasó en un taxi en un país extranjero (y sin ningún detonante claro, estaba mirando yo al cielo así como ausente a través de la ventana y me dio el calentón) y según llegué al aeropuerto me metí en el baño a tocarme cual mandril culirojo del zoo. En otra ocasión fue en un autobús lleno de gente y oye, que no me llegué a tocar con los dedos pero bien que me restregué el chochamen por el asiento y no me arrepiento de nada, porque llegué a correrme silenciosamente.

¿Esto como de bien está hacerlo?

Pues mal la verdad, no os toquéis en lugares públicos, aunque ojo, si yo no estaba enseñando nada y solo me restregaba el clítoris discretamente con los pantalones puestos ya te digo yo que nadie lo notó. Que sigue estando regulinchi si Mari Carmen ya lo sé, pero me juego mi colección de cartas de Pokémon que vosotras también lo habéis hecho en alguna ocasión. 

Una vez estando con mi expareja nos pasó que nos entraron las ganas en un museo. La exposición también estaba siendo una mierda siendo claras, así que allí que nos fuimos a unos baños públicos a echar un polvo conejero que normalmente no llega a mucho, al menos en mi experiencia, porque yo estoy más pendiente de que no nos pillen que de disfrutar. Y por esto amigas siempre llevo protección encima que una nunca sabe dónde acabará guarreando por la vida.

Y luego está la clásica que mientras estás estudiando, entre tema y tema, pues apetece un poquito de marcha. Que en eso mola que te cagas tener clítoris que manchamos menos que una paja con su semen y su todo (que así cuando es una cosa rápida viene bien). Pregunta, ¿os pasa que sin querer os rozáis una teta y ya automáticamente vuestro chocho dice HOLA, QUIERO FIESTA? Porque a mí sí, van como conectados por un hilo invisible teta-coño. 

Y luego qué maravilla el momento de tener una fantasía bestial con algún conocido mientras estás no sé, en el Carrefour en la sección de congelados o en el tren de camino a casa. Yo chica esos momentos los disfruto de la hostia porque en mi mente he hecho tantas cosas, de tantas formas y con tanta gente diferente que parece mi cerebro un parque de atracciones del desenfreno. ¿Y tríos? Que creo que casi todas también fantaseamos con hacerlos y además no sé vosotras pero yo siempre tengo claro a uno de los integrantes y luego añado a un extra de relleno que oye, pues follable puede ser pero puede ir rotando, como en un banquillo de fútbol. Ponte que tienes una fantasía con alguien de tu oficina y el de relleno para el trío es una amiga tuya de la infancia, así porque por qué no. Ay, que maravilla el cerebro.

 

Y vosotras, ¿en qué situaciones os ponéis cachondas y tenéis que fingir normalidad?

 

Te Falta Perreo