Sé que me va a caer la del pulpo, pero aquí estoy.

Si no lo digo reviento, sí, tengo una relación con un chico casi diez años menor que yo y ese es uno de los motivos por los que no voy a dejar a mi marido. 

Tengo una familia estable y mi marido está enamorado de mi como el primer día, pero el sexo después de siete años de matrimonio se ha ido enfriando. Es lo típico, cierra la puerta, venga que no se despierten los críos y, en definitiva, cada día que pasaba me aburría más y más, hasta que se incorporó a la plantilla Esteban (nombre ficticio). Es un joven que acaba de salir de la universidad y está haciendo las practicas en la empresa donde trabajo. Desde el primer día bromeaba con mis compañeras. Era un yogurín, y muy apetecible. Me di cuenta que lo miraba demasiado, y él también, porque me sonreía cuando me pillaba. El caso es que empecé a maquillarme más, ponerme algunos escotes más pronunciados, a vestirme más moderna, que, por otro lado, a mi marido eso le ponía cachondo también, pero vamos, eso no mejoraba el sexo entre los dos. 

Una tarde al salir de una comida de trabajo, Esteban venía conmigo de asistente. Me ofreció compartir el Uber y accedí, estaba bastante nerviosa porque acabábamos de cerrar una venta que suponía una comisión muy jugosa. Le ofrecí ir a tomar una copa para celebrarlo y él aceptó. Hablamos de infinidad de cosas y me parecía un chico muy agradable, divertido y alocado, me daba ese punto de juventud que muchas veces sentía que se me apagaba. Y una cosa llevó a la otra, una copa y otra, el calor, total que me agarró del cuello y me dio un beso que me trasladó a un mundo que había olvidado, hizo vibrar cada centímetro de mi cuerpo y una sacudida de placer impactó en mi vientre bajo al notar como se rozaba mientras jugábamos con nuestras lenguas.

Sí. Esa noche eché el mejor polvo de mi vida, nos fuimos a un hotel cercano en la zona y juro que era incansable, desde hacía años tenía otro concepto del sexo con mi marido y Esteban me devolvió las ganas, la pasión, no sé cómo explicarlo, y sí, he seguido acostándome con él, inventando viajes de trabajo y disfrutando plenamente del sexo.

Esta relación se va a terminar tarde o temprano, porque no tiene futuro, desde un principio estaba condenada al fracaso, empezando porque yo no voy a dejar a mi marido. Tengo hijos, estabilidad, una vida social que me gusta, una familia, y cuando la relación con Esteban termine, pensaré en otra forma de disfrutar del sexo como hasta ahora, esta vez espero que mi marido se ponga las pilas. 

Por su parte, Esteban se lo está tomando como un juego, prohibido enamorarnos, eso estaba más que claro desde el principio. Solo sexo, y así seguirá siendo. Si algún día llega una chica de su edad y se enamora, lo tengo más que claro. Se terminó la relación.

Anónimo

 

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