La peña no lo entiende: no me gusta bailar. Es que no me lo paso bien, es que soy arrítmica, es que no disfruto, ¿¡tanto cuesta de entender?!

Que eso no quiere decir que cuando salga de fiesta con mis amigas no sea feliz, eh. Que yo me lo paso teta, solo que NO me gusta bailar y NO bailo, tampoco creo que sea tan difícil de pillar la verdad.

De momento ya he conseguido que mis amigas lo entiendan y me dejen en paz, que eran muy pesaditas con eso de venir a darme la mano pa darme una vueltecita y hacerme sentir parte, pero es que yo me siento parte sin tener que mover el culo, de verdad os lo digo. Yo soy la típica que está sentada o apoyada en la pared, la que mira el móvil de vez en cuando o la que está de palique con cualquier persona que se acerque.

Pero eso no significa que no disfrute, yo disfruto a mi manera. Yo soy la que vigila, la que caza a los retrasados antes de que se acerquen, la que sabe cuándo alguien tiene intención de restregar cebolleta sin consentimiento, la que hace que nadie nos robe… Pues una chica muy útil para salir de fiesta, la verdad.

A mí siempre se me acercan los señores petardos a preguntarme si me pasa algo, si estoy bien, si es que no me gusta el reguetón… Y yo como respuesta acostumbro a mirarlos con cara de asco y a pedirles que me dejen en paz, que no estoy ahí para alimentar su ego, que si quieren ligar con alguien mejor se descarguen el Tinder. Soy una chica majísima, la verdad que sí. 

Soy una chica que siempre está ready pa hacerte la foto que lo va a petar en tu instagram, para acercarme a la barra cuando quieras pedirte algo y necesites que alguien beba contigo, cuando quieras ir al baño y no tengas con quién, ahí estaré yo. Bailar no bailo, pero todo lo demás lo hago de puta madre.