Una de las estúpidas, innecesarias y absurdas reglas de la estética es que la chica siempre tiene que ser más pequeña que el chico. Todas tenemos grabada a fuego la típica imagen de ella poniéndose la camiseta de él después de echar un polvo, o de ella poniéndose de puntillas para besar a su chico… tan cute, ¿verdad? Pero, ¿qué pasa con las que somos mucho más grandotas que nuestros chicos? Sí, él es más alto que yo, y también mucho más flaco y estilizado ya que yo peso 20kg más que él y además soy una tía enorme en todos los sentidos: tetas grandes, culo grande, barrigona y pies grandes también. Así que, en estas circunstancias, es completamente normal sentirse un poco acomplejada en ciertas situaciones, ya que siempre nos han enseñado que esto NO es lo normal y nos produce inseguridades bastante lógicas. Pero si lo miramos por el otro lado, ¡somos una pareja 10! Él es un palo alto y flaco, como un uno, y yo soy una bolita, justo como un cero, así que ahí formamos un número 10, literalmente.
Si eres más grandota que tu novio, seguro que reconoces alguna de estas situaciones:
– Todas caemos en esa creencia de que las chicas han de ser más pequeñas que ellos para ser una pareja guay. Como decía antes, siempre hemos visto en películas y en todos lados, que las chicas gustan más cuando son menuditas y ellos grandes, por esa idea de que ellos son los que nos tienen que proteger entre sus grandes brazos, y nosotras somos delicadas flores que necesitamos de esa protección. Pero no, ni todas las chicas pequeñas son débiles ni tampoco por ser gorda y grande significa que no te guste (o no necesites) sentirte protegida y arropada en los brazos de tu chico. Simplemente tenemos que aceptar que esos cánones estéticos están totalmente alejados de la realidad, que puede haber parejas de todo tipo y que el concepto de hacer buena pareja no se debería regir por una simple talla de medidas físicas. Aunque seas el doble que tu chico, debes saber que sois una monada de pareja por muchos motivos más allá del físico, y punto.
– Probablemente nunca te cargue en brazos la noche de bodas, ni te cabrán sus camisetas. Siempre me hizo sentir mal el típico comentario de ‘me encanta cuando mi chica se pone mis camisetas y le quedan enormes, ¡qué mona!’, porque sabía que a mí jamás me había pasado eso. Las camisetas de mi churri me aprietan por todos lados y si llego a entrar en alguna probablemente se la dejaré inutilizable porque dará de sí (si es que no se la reviento antes). Pero joder, que da igual. Que ellos nos ven preciosas estemos como estemos, porque así es como debe ser el amor.
– A veces no nos sentimos suficientemente femeninas. Que sí, que tenemos un autoestima del carajo la mayoría del tiempo, pero todas tenemos momentos de debilidad y de vernos feas y de sentirnos inferiores. Y claro, cuando toda la vida nos han inculcado que las chicas deben ser pequeñas, delgaditas y estilizadas para poder considerarse bonitas y femeninas, pues… Una se siente poco menos que un ogro gigantón cuando sobrepasa esas medidas.
– Tenemos prácticamente el mismo número de pie. Y esta es otra de esas cosas que nos hace sentirnos poco femeninas. Vas a Calzedonia y no tienen calcetines más allá de un 40-41 para mujeres; te tienes que comprar el modelo de hombres que no es igual ni tiene los mismos diseños. Lo mismo en cualquier zapatería: para una chica que supere el 41 de pie es misión casi imposible encontrar zapatos. Y claro, eso muchas veces nos hace sentir mal porque parece que tener los pies grandes es también, como la Crema Caballero, cosa de hombres.
– Te sientes incómoda y te dan miedo ciertas situaciones sexuales. La mayoría de las veces me siento muy sexy y poderosa en la cama, y sé que mi hombre se vuelve loco conmigo, pero no nos vamos a engañar, hay ocasiones y ciertas posturas que me hacen sentir hasta miedo. Y quizá ahora con pareja estable no, pero cuando estaba soltera y tenía diferentes parejas sexuales, siempre me pasaban por la mente las mismas inseguridades: ¿Y si me pongo encima y le aplasto? ¿Y si mi culo se ve demasiado gigante con respecto a su pene y se lo hago desaparecer? Y si mi barriga/brazos/loquesea se mueven mucho y eso le hace perder la erección? Pensamientos de gorda que todas hemos tenido y que, por suerte, no son más que estupideces, ya que -sorpresa, sorpresa- si el chico ha llegado hasta la cama contigo es porque le gustas y le pones y no se ha parado a pensar en estas tonterías.
– A veces la gente cree que sois amigos, y no pareja. ¿Hola? Pues sí, como lo leéis. Mucha gente da por hecho que una tía grande y un chico flaco no pegan como pareja y automáticamente cree que ella ha sido totalmente friendzoneada, ¡así de cortitos son algunos! Y si tú estás gorda y tu chico está cachas (que hay muchas parejas así), no se cortarán hasta en ponerse a ligar con él como dando por hecho que es imposible que sea novio de una gorda. ¡De flipar!
– Y si encima eres más alta que él, todo el mundo te aconsejará que no uses tacones porque claro, una mujer no puede ser más alta que su chico, no vaya a ser que eso le rompa la virilidad. ¿O no nos acordamos ya de esa Nicole Kidman prescindiendo de taconazos cuando salía con Tom Cruise? Lamentable. Un hombre de verdad jamás se sentiría amenazado por una mujer alta, aunque sea más alta que él.
Por suerte, las que tenemos novios más flacos y/o pequeños que nosotras, tenemos también a nuestro lado a un hombre maravilloso, bueno y enamorado que conoce todas nuestras inseguridades, y por eso no se cansa de repetirnos lo buenísimas que estamos, lo mucho que nos quieren y lo perfectas que somos para ellos, porque nada de eso lo determina la apariencia física ni la impresión que damos a los demás cuando paseamos por la calle de la mano.