UNA INTENSA FELIZ DE SERLO.

Una vez le dije a una amiga que para mí la vida es para vivirla intensamente y si no, no quiero vivirla. A día de hoy sigo pensando lo mismo. Es más, creo que no he dicho una frase más certera nunca, y todo aquel que me conoce sabe que día a día intento serle fiel. 

Soy feliz en mi intensidad, tanto para lo bueno como para lo malo. No sé cómo sería vivir sin serlo, pero creo que yo me aburriría mucho. 

Río siempre a carcajadas, lloro mucho y la gran mayoría de las veces intensamente, me sorprendo notablemente con meras casualidades, me dan alegría banalidades y las celebro, hago una fiesta cuando recibo regalos, defiendo lo indefendible, arriesgo hasta perder, trabajo hasta desfallecer. Quiero mucho y muy fuerte e incluso me he enamorado en menos de 24h. 

A mis 31 años sería incapaz de contar las ocasiones en las que personas que me quieren y me intentan proteger me han recomendado pisar el freno, ir con calma, asimilar las cosas e intentar sopesar las diferentes opciones. Y yo lo sé, soy consciente de que por “norma general” la vida va de otra manera, más calmada, más pausada, menos sentida. 

Pero no sé, no sé hacerlo. O voy a mil o no voy. He tomado decisiones tan drásticas como mudarme a más de 3.000km o someterme a una cirugía bariátrica en menos de 5 minutos. Y hasta ahora, considero que la vida me está tratando muy bien. 

Es posible que haya cometido errores por precipitarme, pero yo no los he sabido ver. No me arrepiento de nada de lo que me haya pasado tras tomar una decisión y si de algo me he podido arrepentir en esta vida, es de haber dudado y finalmente no haberme arriesgado. 

Porque si no te arriesgas, ya sabes lo que te va a pasar. Pero si lo haces tienes un mundo nuevo por descubrir detrás de ese precipicio, que al final no era tan alto ni tan escarpado. 

Por eso, he decidido que en esta vida quiero seguir siendo una intensa. Que aunque tenga los pies en el suelo me gusta abrir mis alas y volar de vez en cuando. Que quiero seguir amando con cada poro de mi piel porque, aunque salga mal y duela, más me dolería irme de este mundo sin haber amado en plenitud, sin miedo y con coraje. Que quiero seguir riendo hasta que me duela la barriga, quiero seguir siendo como una niña pequeña cada navidad y cada cumpleaños, quiero seguir apostando por lo que creo, quiero seguir equivocándome y aprendiendo, quiero seguir bailando hasta que me duelan todas las articulaciones de mi cuerpo, quiero seguir sorprendiéndome, alegrándome y entristeciéndome. Quiero seguir viviendo. Como soy yo. Y nada más. 

@maripluff