Amigas, vengo a contaros las aventuras y desventuras de mi querida (nótese la ironía) suegra. Porque la madre de mi marido es como uno de esos granos en el culo que no te dejan ni cagar a gusto, sólo que mucho peor.

Esa señora lleva al mal dentro y no va al infierno porque ni el demonio la aguanta, así de claro os lo digo.

La cosa es que mi chico y yo llevamos doce años juntos y hace cuatro años me pidió matrimonio en Italia, en un pueblecito encantador que se llama Spello donde nos conocimos haciendo voluntariado en el año de la rasca. El primer día que me presentó a su madre me hizo tal rapapolvo de preguntas que ni en el examen de acceso de la universidad, así que ahí ya debería haberme olido algo de cómo era aquella mujer.

Cuando le contamos que nos íbamos a casar y que queríamos algo íntimo y con pocos invitados – sobre todo porque no podíamos pagarlo, la verdad- se dedicó a pasarse la tarde con la cara arrugada, como el que va oliendo mierda y soltando comentarios de lo bonita que fue la boda de su sobrina y lo bien que quedó invitando a todos.

Aunque a mí evidentemente esos comentarios pues bien, lo que es bien no me sentaban, acabé cediendo y diciéndole que podía invitar a dos de sus amigas de toda la vida porque en fin, habían visto a mi novio crecer.

Mi suegra

Pues resulta que una semana antes de la boda me entero que la señora ha estado invitando a prácticamente todo el pueblo a nuestra boda y cuando se lo digo – yo, porque mi marido parece que cuando se trata de su madre no le salen las palabras- me dice que soy una exagerada y que mujer, si la gente le pregunta no puede ser tan maleducada de no invitarlos, que ya sabes que en los pueblos pequeños somos todos como una gran familia.

Os juro que si ya de por sí estaba estresada, con la invitación de medio pueblo a mi boda casi me tienen que enterrar…eso sí, con el vestido de novio incluido, que con el pastón que me costó más me valía amortizarlo en la otra vida.

El intento final de la señora fue invitar a la ex novia de mi marido a la boda con la excusa de que los padres eran amigos de la familia. Yo creo que la pobre se esperaba que mi marido huyese en cualquier momento con su ex rollo película americana y por eso sale tan enfadada en todas las fotos de la boda.

¿Y vosotras, también tenéis un amor de suegra como la mía?

 

Anónimo

 

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