**Relato escrito por una colaboradora basado en una historia real**

 

Es de esas cosas que cuando pasan la primera vez ni te enteras, a la segunda ya dices que casualidad, con la tercera empiezas a atar cabos y a partir de ahí….

Mi suegra en un principio fue una mujer correcta, madre de sus hijos (con todas las letras de MADRE). Y muy ama de casa estilo Cuéntame. Pero eso no supuso un problema ya que su marido supo siempre mantener a raya su entusiasmo maternal. Cuando iba a su casa no tenía mayor queja, ella era correcta, a ver… no es que fuera cariñosa o especialmente cálida conmigo, pero tampoco fue nunca desagradable. Mi teoría es que me soportaba porque mi suegro estaba encantado conmigo. Y ella a mi no es que me cayera mal, pero teníamos puntos de vista diferentes con los que no podía.

Pero de repente la gran tragedia:

¡Su niño se casaba! ¡Y conmigo!

Su niño, (que ya tenía pelos en los huevos y estaba más cerca de la jubilación que de la adolescencia) iba a ser mi futuro marido, y ya no parecía que la cosa fuera tan divertida. Cuando éramos novios para mi suegra yo era la novia de su hijo. Ese era mi nombre. Novia de su hijo. Pero cuando nos prometimos, a quince días de casarnos; pasé de ser la novia, a una amiga… Pero amiga con tono de asco.

Rápidamente me había degradado de mi cargo de novia porque había cometido una falta imperdonable:

Robarle a su hijo. Si, según ella le iba a robar a su hijo. Lo iba a secuestrar y le iba a prohibir ver a su madre. Porque yo era una arpía que quería apartar a una pobre mujer de su hijo. Mi hipótesis es que le pareció bien que estuviera con mi marido porque pensó que yo era un pasatiempo. Alguien con quien estar hasta que llegase la adecuada para su adorable niño.

Pero cómo siempre me gustaron los deportes de aventuras, decidí que iba a casarme igual, con o sin suegra tóxica. Y lo hice…

Al volver de la luna de miel empezó todo. Quedamos con ellos en su casa para comer, ya que era muy habitual. Yo tengo intolerancia a la lactosa y era bien sabido por todos, incluida mi maravillosa suegra. A los pocos minutos de acabar el banquete que le había preparado a su hijo como bienvenida empecé a encontrarme mal y le pedí a mi marido volver a casa. Aquella tarde la pasé sentada en el váter pensando que me había sentado pesada la comida por el Jet lag.

La segunda vez, dos semanas más tarde se repitió la jugada. Después de ir un domingo a su casa acabé vomitando casi en la puerta de mi baño. Y las siguientes veces igual, cuando no vomitaba era diarrea, o gases. En algún momento pensé podría ser cosa de mi suegra, pero tampoco es que la mujer fuera tan tóxica y psicópata, así que descarté el pensamiento no queriendo sonar paranoica.

Tres meses después volvió a ocurrir, pero la cosa fue diferente. Como cualquier otro domingo nos reunimos en su casa. Mi suegra nos deleitó con su cordero al horno y una bandeja enorme de ensaladilla rusa. Y otra cosa no, pero la verdad es que cocinar, cocinaba como los ángeles, así que ya se me estaba haciendo la boca agua al ver su famosa ensaladilla. Cuando me la voy a echar en el plato me dice rápidamente que no, que la mayonesa ella la hace con leche y que no puedo comerla, me sorprendió porque jamás la había oído decir eso, pero lo dejé pasar. Me dice que me ha preparado otra para mí.  Se va a la cocina y vuelve con otra ensaladilla y me la pone delante, y con una sonrisa me dice: Toda para ti que el resto tenemos la nuestra.

Termina la comida y mi marido y yo decidimos encargarnos del café y de los postres, habíamos llevado una tarta brutal. Voy a la nevera a coger la tarta mientras él hacía el café y me veo en la nevera un bote con mayonesa industrial. Iba a ignorarlo cuando me veo que está lleno de moho y una sustancia blanquecina tipo moco que no me moló una mierda. Se lo enseñé a mi marido y lo primero que hizo fue preguntarle a su madre que es lo que había utilizado para mi ensaladilla. Mi suegra toda feliz y con la mayor inocencia del mundo como si nunca hubiera roto un plato dice:

-Un bote de mayonesa Musa que tenía en la nevera. La he estado guardando especialmente para ella, que se que no puede comer la mayonesa que hago yo, así que cogí esa para ella, y además le puse nata, que se que la leche le sienta mal.

Casi vomito en el sitio cuando lo dijo. ¿Cuánto tiempo había guardado eso ahí? ¿3 jodidos años? ¡Tenía moho negro! Y aquello blanquecino que debía ser la nata, estaba cortada y babosa. ¡No tenía suficiente con meterle nata, sino que además dejo eso cogiendo moho! Le dijimos que estaba en mal estado y se puso a la defensiva diciendo que no pasaba nada, que le había quitado la parte de arriba y que estaba perfectamente para comer, que no fuera tan quisquillosa. Me preguntó si me había gustado y que eso era lo que importaba.

Lo que pasó después da igual, sólo hace falta decir que cosas de la vida ahora es mi ex marido. Supongo que al final ambos conseguimos ser felices, mi suegra teniendo a su hijo todo para ella. Y yo habiéndome quitado a un niño de mamá de encima.

 

Anónimo

 

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