Ahora resulta que cuando acabas una relación con alguien, también te tienes que despedir de su madre. 

He roto de manera repentina con mi pareja porque me he enterado que me ha sido infiel. Ha sido bastante desagradable y no estoy preparada para dar detalles, pero lo único que me faltaban eran los reproches de su madre.

La verdad que la relación con la que fue mi suegra no era para tirar cohetes, pero, desde que hemos roto, se hace la indignada porque no le dije que ya no estaba con su hijo. 

¿No debería ser él el que dé las explicaciones?

Por una ciencia infusa, se supone que te tienes que despedir de toda la familia y les debes decir que, aunque su hijo sea un cabrón, han sido maravillosos. ¿Y si no es verdad qué haces? ¿Mientes? Todas mis amigas lo han tenido que hacer en alguna ocasión y me comentaron que, por educación, yo también debía dar este paso, pero no estoy por la labor.

Lo único que me faltaba ahora era que ella se obsesione conmigo y no deje de hablar de él. Me manda WhatsApps, me llama, se pasa por el trabajo de mi madre y le pregunta si estoy bien y si algún día iré a visitarla.

Por más que le han dicho que no estoy bien porque no se ha actuado coherentemente, ella sigue y sigue. No hay día que no tenga un audio como los siguientes:

‘No hagas caso a mi hijo, ya sabes que no siempre toma las mejores decisiones’

‘Han sido muchos años y nos hemos portado contigo de maravilla como para que no nos digas que ya no estáis juntos’

‘Si lo llego a saber, no te hago tantos regalos para Navidad, porque ahora me haces un desprecio enorme’

No me siento orgullosa al admitir que le hago ghosting a la que fue mi suegra, pero que me esté dando por saco ella, es lo que menos necesito.

Igual su hijo le ha contado la historia del revés o no ha admitido todo lo que ha hecho, pero vamos, si me lee y se siente identificada, que se quede con la copla de que nadie es imprescindible en la vida de nadie y vale la pena dejar que el tiempo pase.

 

Anónimo