Durante mucho tiempo pensé que las mejores relaciones románticas eran las más difíciles y tormentosas. No me culpo: hemos crecido con el conflicto como centro de todas las relaciones románticas de las series, películas y novelas, en las que el amor se pelea, por tu pareja se pelea, para que tu relación funcione se pelea…Crecemos convencidas de que el amor que merece la pena es difícil e inestable. Así que hoy me gustaría contarte otra cosa. 

Esto es algo que me ha llevado mucho tiempo entender, por lo que espero que contártelo a ti te ahorre algo de tiempo. 

El amor no debería ser la mayor preocupación de tu vida ni debería ser una fuente de agonía. 

Romantizamos luchar por alguien, sacrificarnos por una relación y mostrarle al otro que estaremos siempre ahí, no importa lo difícil que sea amarle, cuando la realidad es que nunca cuesta amar a la persona adecuada para ti porque el buen amor es fácil.

El buen amor es un día cualquiera en el sofá, con tus piernas encima de las suyas mientras cada uno lee un buen libro y disfrutáis de un silencio compartido.  

Es un viaje en el que empezamos cantando nuestra lista de Spotify a todo trapo y acabamos mirando por la ventanilla, calmados y en silencio, cuando avanzan los kilómetros. 

Es estar más de acuerdo que en desacuerdo. Construyéndonos el uno al otro con amor, en vez de intentar derribar lo que ya es el otro. Es emocionarte por un futuro juntos porque sabes que estáis en la misma dirección.

El buen amor es harmonía, no conflicto. Es ayudar a que el otro crezca, apoyarse en cada dificultad, sacar a relucir lo mejor del otro y trabajar juntos en lo peor.

En todas las relaciones va a aparecer el conflicto, no esperes lo contrario, pero sí espera a la persona que quiera hacer de ese conflicto una cuestión necesaria, no continua. Necesaria para conocernos, para debatir, para crecer pero haciéndolo de una forma justa, no intentando quedar por encima del otro. 

Porque no hay nada romántico en ser la pareja que no puede hacer funcionar su relación.

No hay nada trágicamente bonito en la vida real, en estar todo el tiempo rompiendo y arreglando, cayendo y abrazándose de nuevo. En la vida real eso es un desgaste brutal de tiempo y energía. En la vida real eso no es sano para nadie. 

Así que esta es la incómoda verdad sobre los romances a los que crecimos idealizando en series y películas: 

Si tienes una relación tipo Diego y Roberta (Rebelde) / Chuck y Blair (Gossip Girl) o Duque / Cata (Sin Tetas No Hay Paraíso), perdona por decirte esto pero probablemente no estés con la persona correcta porque el amor nunca debería significar conflicto. Nunca debería ser más doloroso y dramático que fácil y liberador.

Amar a la persona con la que estás debería ser, la mayor parte del tiempo, tan natural como respirar. Amarles debería ser sencillo, sin esfuerzo, más fácil que difícil, más fluido que complicado. Y si no es ninguna de estas cosas, las posibilidades de que no estés en la relación correcta son altas. 

Porque el buen tipo de amor es fácil hasta en los momentos más difíciles.

Y ese tipo de amor merece todo el tiempo que se le espere.

 

Mara Jiménez