Desde hace años comencé a sufrir problemas estomacales. Me he hecho muchísimas pruebas y he sido diagnosticada con colon irritable e intolerancia a la lactosa y a la fructosa entre otros aspectos. 

Es muy difícil salir a comer y saber a ciencia cierta que los platos que vas a consumir no llevan fructosa, pero la verdad que tengo más tolerancia. Sin embargo, NO como cosas con lactosa por el bien mío y de mi estómago, porque, además, necesitaría tener un WC justo al lado.

Cuando salgo con mis amigos eso nunca ha sido un problema y realmente no me he sentido jamás mal. Saben que si quieren comer conmigo hay ciertos sitios a los que no voy a ir y lo respetan y me comprenden totalmente. El problema llega cuando no salgo a comer con ellos y salgo con los amigos de mi pareja y alguna persona no entiende por lo que paso. 

Cuando proponemos sitios para los que podemos salir SIEMPRE alguien sugiere sitios de comida basura (me sientan fatal), pizzerías o italianos. Yo no sé en otras ciudades, pero en la mía hasta hace 2 días no había una sola pizzería en la que tuvieran queso sin lactosa, por lo que comer pizza no ha podido ser una opción para mí hasta hace poco. Y los italianos de aquí de una media de 15 platos a lo mejor no llevan lactosa 2, pues para eso prefiero ir a un bar en el que tenga más posibilidades de comer.

He explicado mil veces (y de verdad que no me importa hacerlo) el motivo de por qué yo no puedo comer en esos sitios. Y que si a ellos les apetece ir a algún sitio así a comer yo no tengo problema por no ir, no me voy a enfadar ni nada, lo que no me voy a ver forzada a comer a un sitio cuando sé que no es algo bueno para mí, pero encima hay alguno que se molesta. Tanto mi pareja como yo lo hemos dicho y redicho, pues os aseguro que a día de hoy me siguen poniendo en situaciones muy incómodas por este tema, incluso me han llegado a decir: “es que yo no tengo por qué acordarme de lo que no come la gente”.

¿Con qué cara os quedáis? Pues con la misma que yo. Antes me afectaba muchísimo más y me ponía mal por sentirme un problema. A día de hoy me doy cuenta que el problema lo tiene la persona que no lo comprende, no yo.

Amigos/as intolerantes, alérgicos o celiacos y aquellas personas que son totalmente libres de decidir qué tipo de alimentación quieren llevar, NO somos el problema. Quien de verdad nos quiere a su lado le importará poco el sitio para comer, lo que realmente importa es la compañía que tiene para pasar ese rato.

 

K de Karma.