Como lo oyes, aún no he tenido un orgasmo.

Y no solo te diré eso, sino que a día de hoy, a mis 32 años, aún no he tenido relaciones sexuales con nadie.

Existen varios motivos para que a día de hoy no quiera tener relaciones con nadie, pero considero que esos motivos no deberían importarle a nadie.

Y sí, tengo 32 años y aún no he tenido un orgasmo. Y más allá de que esto sea normal o no, vengo a contar todo lo que he vivido por ser sincera respecto a mi nula experiencia sexual y normalizarlo.

Desde hace muchos años he vivido presionada para empezar a tener relaciones sexuales. He vivido presionada por parejas que he tenido, he vivido presionada por mis propias amigas y hasta por mis padres.

Por no hablar de la totalidad de la sociedad claro, porque uno de los cometidos vitales de una mujer es ser un objeto sexual y servir sexualmente a los hombres.

¿Acaso crees que nos pasamos el día viendo lencería preciosa para que nos sintamos unas potras empoderadas? Existe algo dentro de todas las mujeres que apela al más puro desgaste de la autoestima. Y no me digas porqué, pero muchas de nosotras nos comportamos como si uno de nuestros objetivos vitales fuera ser lo más follable posible.

Y digo esto porque, durante algunas relaciones que he tenido, he escuchado cosas como «Pero tía, si él quiere tener sexo, deberíais tenerlo porque al final, no va a querer estar contigo». ¡Joder! Si para compartir mi vida con una persona tengo que someter mi físico a su disponibilidad, permíteme que dude de la viabilidad de esa relación.

He vivido amenazada por mis parejas y con una presión increíble porque sabía que si no me acostaba con ellos, en algún momento se irían. También he vivido amenazada por mis padres, porque se han pasados años advirtiéndome «Si no tienes una relación completa, no vas a ser feliz nunca» Y claro, una relación completa en su libro, significa, una relación con sexo.

Mi felicidad se ha visto amenazada siempre por la falta de sexo. También lo ha hecho mi entorno, porque nadie quiere ser la amiga de la virgen de 32 años.

Aún no he tenido un orgasmo y no me he muerto. Pero bueno, sé que parto de un punto de rechazo al sexo y rechazo al contacto físico. Y créeme que siempre he sido muy honesta y clara con ello.

Lo que no entiendo es: las personas como yo somos capaces de respetar que nuestras amigas tengan relaciones sexuales con 15 años y con métodos de protección cuestionables. Pero luego, es prácticamente imposible respetar a las personas que eligen no tener relaciones sexuales o aplazarlas en el tiempo.

Parece que si no follas no eres una mujer de verdad. Si no follas no eres una mujer empoderada. Además, si no follas no eres una persona adulta. Si no follas no sabes lo que es tener intimidad con otra persona. Vamos, que si no follas no estás viviendo de una manera plena.

¿De dónde vienen todas estas chorradas?

Aun no he tenido un orgasmo y tampoco he tenido sexo con otras personas. Pero ¿Sabías que el 15% de mujeres activas sexualmente admiten que no han tenido nunca una orgasmo? ¿Cuántas de ellas crees que son incapaces de admitir que llevan toda su vida follando y aún no han tenido un orgasmo? Otras tantas. No digo nada y lo digo todo.

Hagamos lo que hagamos, parece que nos olvidamos siempre de respetar los procesos de las personas de nuestro entorno. Los procesos sexuales de cada persona son parte de la intimidad de esa persona. Y hay pocas cosas tan íntimas como el descubrimiento o autodescubrimiento sexual. ¿Qué pinta una persona que no soy yo, opinando sobre mi vida sexual?

Yo aún no he tenido un orgasmo pero tengo bien claro que es más importante respetar que follar. No se trata de tener un premio Nobel o ser Beyoncé. Sólo se trata de respetar los procesos, los tiempos y las decisiones de los demás. ¿Tan poco humanos somos que no podemos ni respetarnos?

¿Cuál es el momento en que debemos intervenir?

En el momento en el que una persona te pide que intervengas, cuando te pide tu opinión o cuando estás 100% seguro de que está atentando contra su salud física, mental y de que va a arrepentirse de lo que está haciendo.

Hasta que eso no se de, nuestra opinión y nuestra capacidad de intervenir, debe quedarse en los límites de la libertad de las personas de nuestro entorno.

Y para saber cosas tan básicas como estás, no es necesario follar.

Anónimo

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