¿Habéis visto el nuevo Cámbiame? A mi formato no me apasiona demasiado, pero acaba de empezar y puede que todavía no lo entienda chachi; creo que pretenden hacerlo más dinámico y, en mi opinión, han conseguido todo lo contrario. Además tengo a Paloma González, la nueva estilista, en cuarentena.

Voy a intentar no ser demasiado cruel porque la muchacha aún tiene que hacerse al medio y asumir la responsabilidad que tiene participar en un programa de estas características y que ve tantísima gente. Nadie nace aprendido, eso sus compañeros lo saben muy bien porque se han equivocado infinidad de veces y han ido puliendo poco a poco su discurso programa tras programa. Precisamente por eso creo que debería poner especial atención a lo que le recomiendan y no hacerse la ofendidita. Sí, empezamos la nueva temporada bien de polémica.

El tema es que se le fue de las manos la sinceridad (ahí, otra vez: el sincericidio, uno de los grandes males de nuestra época). Tuvo que hacerle el cambio a Noelia, una chica con un cuerpo que no cumple las medidas estándar del mundo de la moda; o sea, con caderas. Y a la coach no se le ocurre mejor idea que decir que «tiene un cuerpo difícil». Ya sabéis, todo lo que se sale de la proporciones perfectas es un cuerpo difícil y esto es casi, casi body shaming. Pues mira chata, te voy a decir una cosa: esta chica tiene un cuerpo normal, un cuerpo real (como lo son todos), un cuerpo de mujer (como los hay de mil formas y tamaños diferentes). Y tu trabajo como estilista es currarte un lookazo con el que tu clienta se sienta bien y empoderada, no hacer juicios sobre el cuerpo de nadie. Y si te resulta más complicado por falta de costumbre o whatever, te callas. Gracias.

Pero la cosa no se acaba aquí, queridas. La chica, además de tener un «cuerpo difícil», tiene los tobillos anchos a raíz de un problema vascular y está muy acomplejada. Paloma le pide que se quite los botines y se da cuenta de que efectivamente el «problema» es más grande de lo que esperaba y, lejos de transmitir la tranquilidad que debe dar un profesional, se pone nerviosa y empieza a soltar resoplidos y a incidir mucho en el complejo de la concursante. De verdad os lo digo, yo no sé si es porque estoy muy sensibilizada con estos temas, pero me pareció todo súper violento. Me pongo en la piel de Noelia y quiero llorar porque no hay derecho, pero la chica parece que lo encajó bastante bien y la verdad es que estaba muy guapa con su cambio de look.

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Natalia, que de un tiempo a esta parte defiende la diversidad muy a tope, no pudo quedarse callada ante esta situación. Entre lágrimas (como siempre) quiso disculpar a su compañera pero no pudo evitar llamarle la atención por unos comentarios tan desafortunados (a lo que yo añadiría el tonito en el que los hizo, que le suma bastante incomodidad) y soltó un discursito body positive la mar de majo. Paloma, en lugar de tomar nota, lo que hizo fue acusar a Natalia de demagoga porque ella solo había dicho la verdad.

 “A España no se le ha de engañar lo que ha hecho Natalia es demagogia pura, decir que ella tiene los tobillos gruesos… Ella tiene un cuerpo difícil, no tiene las medidas de Gisele Bündchen y por eso ha venido para que le ayudemos… A la gente hay que decirle la verdad… ¡Viva la imperfección! Por eso tengo yo este trabajo».

Ahá okey yeah, entonces supongo que no te importará que yo te diga la verdad así sin filtro: tu falta de sensibilidad hace que seas una profesional terrible y jamás recomendaría a nadie que contratara tus servicios. Decir la verdad no es incidir en un complejo y mucho menos comparar el cuerpo de una mujer con el de una top model. Espero que recapacites Paloma, porque me parecen comentarios de muy mal gusto.

Podéis ver el programa entero aquí y juzgar por vosotras mismas.