Rondaba el mes de agosto de este mismo año y yo estaba saliendo de una historia de amor muy corta pero intensa, lo que solemos llamarle «amor de verano», que me había dejado bastante hecha polvo. Un día se me dio por volver a abrir Tinder y el primer match que hice fue con un chico guapísimo. Empezamos a hablar al momento, él estaba en Vigo de vacaciones pero era de Barcelona, como le quedaban dos días aquí y a mí me era imposible quedar me pidió que le recomendara algunos sitios para visitar y lo hice encantada, la única pena era no poder visitarlos con él.

Desde ese día hasta casi dos meses después no dejamos de hablar ni un sólo día, me llamaba varias veces al día , algunas simplemente para preguntarme que tal me había ido el día y que había estado pensado en mí. Tardamos poco en empezar a plantearnos coger un avión y conocernos en persona. Como él había estado aquí de vacaciones hacía poco pues decidí ser yo la que esta vez cogiera el avión, estábamos los dos de acuerdo. Escogimos un fin de semana que nos viniera bien a los dos y cogí los vuelos. Hacíamos videollamada casi todos los días y nos lo pasamos genial, estábamos hablando durante horas y el tiempo pasaba volando, incluso llegó a interesarse por mi hijo, cosa rara ya que en tinder la gente huye despavorida en cuando sabe que eres mamá.

La semana antes de coger el vuelo me llamó un día diciéndome que su mejor amigo que vivía fuera lo había llamado diciéndole que se iba a casar y que justo al fin de semana siguiente les había preparado una fiesta a sus colegas el viernes y el sábado para celebrar la noticia. Él me dijo que no sabía qué hacer, que no quería decepcionarme, que por favor no dejara de hablarle porque a él le importaba mucho lo que teníamos, fuera lo que fuera… Entonces le dije…«Mira vete a la fiesta de tu amigo yo me doy una vuelta por Barcelona y si el domingo podemos vernos a mí me llega». Él me dijo que si no quería ir que él me daba el dinero que me habían costado los vuelos ya que se sentía fatal, pero que si decidía ir lo hacía el hombre más feliz del mundo, que él haría todo lo posible para vernos lo máximo posible, así que el plan siguió adelante.

El día antes de coger el vuelo me llamó todo contento diciéndome que había hablado con el amigo y que él me iba a recoger al aeropuerto aunque llegara tarde a la fiesta, que no aguantaba las ganas de verme, que el sábado haría todo lo posible por vernos un ratito y el domingo me recogería por la mañana y ya estaríamos todo el día juntos hasta que tuviera que volver al aeropuerto.

El mismo día estuvo super pendiente de a qué hora cogía el avión, si ya estaba en el aeropuerto, llamándome y repitiéndome las ganas que tenía de verme. Llegué a Barcelona. Me recogió en el aeropuerto y me dio un abrazo enorme cogimos un par de cervezas para llevar, nos las tomamos, nos conocimos y todo fue perfecto, o eso creo yo. Estuvo mimoso, interesado y todo fluyó con normalidad en lo poco más de una hora que estuvimos juntos. Me dijo que el domingo tenía muchas ganas de pasar el día conmigo y me llevó a la estación. De camino allí me dijo que se quedaría conmigo toda la noche pero que ya lo compensaríamos.

Al día siguiente por la mañana me dijo que se encontraba mal que tenía  alergia y que no estaba para pensar en si quedaría conmigo o no…yo le pregunté si me estaba diciendo eso porque yo no había sido lo que se esperaba o algo así. Entonces se puso muy a la defensiva, que él se encontraba mal y yo tenía que entenderlo y que si el domingo se encontraba mal que tampoco nos veríamos que lo sentía mucho.

Volví a pedirle explicaciones y me dijo que el hecho de ser de la otra punta del país y tener un hijo era suficiente para que no tuviéramos nada más. Debo recalcar que estos dos motivos quedaron claros desde el primer momento en el que empezamos a hablar….yo, ilusa de mí, pensé que el domingo me llamaría , nos veríamos y sería como yo lo había imaginado pues nada de eso. El domingo no supe nada de él, le mandé varios mensajes, lo veía conectado y no había respuesta. Me respondió a la hora a la que yo tenía que estar en el aeropuerto, me dijo que se acababa de despertar y que tuviera buen viaje.

Cuando le dije lo fuerte que me había parecido la situación me dijo que lo sentía, que le sabía mal, pero se había dado así la situación. Así en bucle, sin arrepentimiento y sin credibilidad, y este fue mi fin de semana sola en Barcelona y la mayor bomba de humo que me han hecho en la vida.

 

Firmado: la despechá

 

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