**Follodrama escrito en época de toque de queda. Obvio.

 

En mi defensa diré que no pensaba hacerlo, no era mi intención tirármelo la primera noche, yo no iba preparada para tener sexo y por todo ello TE CULPO A TI PEDRO SANCHEZ.

Fue un Tinderazo de domingo por la tarde, de pleno aburrimiento en medio de una pandemia mundial. Vivo sola en Madrid, teletrabajo, mis amigos se han ido casi todos a sus respectivos pueblos a vivir en casa de sus padres y yo estoy ABURRIDA. Es que la palabra que me define ahora mismo es esa y no otra. Si me muero mañana será de aburrimiento.

¿Qué hace el aburrimiento? Pues entrar al App Store, escribir ‘Tinder’ y esperar a que se descargue pa empezar a darle a izquierda y a derecha como si no hubiera un mañana. He tenido matches, he quedado con algunos, pero nunca he dado el paso de ‘subir a su casa’ o dejarle que suba a la mía. (Acabo de llamar a mi alacena bajo la escalera ‘casa’ con todo mi papo).

¿Qué pasó el domingo pasado? Pues que hice match con un chaval bien majo, me dijo que trabajaba hasta las 22h, que también vivía solo y que si pensábamos quedar ese mismo día tenía que ser cerca de su casa porque si no no nos iba a dar tiempo nada. Le dije que por mí sin problema, que yo no tenía nada que hacer, me preguntó que si me importaba quedar directamente en su casa, le dije que no era lo que más ilusión me hacía y finalmente quedamos en su portal para tomar unas cerves por la zona.

¿El problema? Que no encontramos nada abierto, pero la conversación estaba siendo muy guay y la parte de arriba de su cara (llevaba mascarilla) que veía pues me gustaba bastante. Así que nada, después de casi 40′ de paseo por su barrio subimos a su casa, pedimos pizza y estuvimos allí esperando a que nos la trajeran. ¿A qué hora llegó la pizza? Pues  las 23.45h. Efectivamente, no me daba tiempo ni a llegar al metro. 

¿Mis planes? Tomar algo con un chaval majo en una terraza, darle la manita recién desinfectada y volver a mi casa. ¿La realidad? Pizza, dos botellas de vino, una conversación bastante decente y de postre una polla bastante más digna de lo que me esperaba, la verdad.

La conversación iba guay, el chico me gustaba bastante, estaba cómoda, pero de verdad de corazón que yo no soy capaz de hacer lo que hice, puede sonar a excusa, pero es verdad. Si yo llego a quedar con este chico y se desarrollan los mismos hechos pero en un bar, en cuanto terminamos de cenar, yo le digo que me lo he pasado genial y me voy a mi casa. Pero claro, estando los dos solos en plan íntimo en domicilio… Una tampoco es de piedra.

¿Y sabéis que os digo? Que estoy feliz y orgullosa, es la primera vez en mi vida que me tiraba a un chico el mismo día que lo conocía, siempre he negado en rotundo que yo fuera capaz de hacer eso, pero mira, una pandemia, Isabel Ayuso y mi soledad han cambiado el panorama. 

Quién me iba a decir a mí que siguiendo todas las medidas de seguridad, llevando el máximo cuidado posible y teniéndolo todo en contra haya sido capaz de conocer a alguien realmente interesante, haya podido descubrir cosas de mí misma que no sabía y tenga el corazón contento por haberme quitado cientos de miedos de encima.

Ya sabéis queridas, cuidad de vosotras, cuidad de los vuestros, llevad mascarilla siempre y haced caso a los profesionales que tendrán más idea que los ciudadanos de a pie. Si ponemos todos de nuestro parte esto terminará antes que después y fijaos, tenemos tiempo hasta para enamorarnos. 

 

Anónimo

 

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