Tinder y Castigo

 

Siempre me he considerado una tía tranquila con respecto al amor ¿Que surge? Ya tengo a alguien con quién hacer la cucharita y hartarme a palomitas mientras vemos clásicos de pixar ¿Que no surge? La cama para mí y mi satisfyer a solas. 

Todo cambió con una conversación aparentemente inocente y que llegó a ser más letal que Jeffrey Dahmer, el Covid y La viruela del mono juntos. La frase que dio la estocada final vino de mi amiga Marta:

  • Pues yo tengo Tinder y estoy encantada, deberías probar.

 

Aquello pasó como una conversación intrascendente, hasta que un sábado estaba yo afeitándome las piernas en la ducha y pensando que para qué coño me afeitaba, si no iba a ver a ninguna tía, y aparte entre tías nos entenderíamos, o es que la palabra “sororidad” no se lleva en pareja, será que estoy más caliente que un guiri en Benidorm…

Creo que a esto lo llaman epifanía. Me haría Tinder y conocería al amor de mi vida sin salir de casa.

 

Decidí currarme el perfil: Fotos en varios contextos (de fiesta, informal, con mascarilla, en la piscina (no voy al gym para nada));

Descripción ingeniosa: 

Escribí un libro y vendí 197 copias. La mayoría a familiares en primer grado. (Forma más o menos modesta de decir que me habían publicado).

He trabajado en un sex shop, aunque no suelo presumir de ello.

Hago Muay Thai y una vez el saco me golpeó en la nariz. Por suerte no me he quedado como Voldemort.

¿Mi mayor defecto? Si no cierras la tapa del Fairy después de usarlo vamos a tener un serio problema.

¿Mi mayor virtud? No insisto si me dejan en visto.

Una vez terminé una partida de Monopoly. Puedo morir tranquila.

Descripción terminada.

 

Ahora los detalles: Colaboradora en wls  y opositora. Como canción de culto alguna de Sade, que nunca falla. Al final elegí “Is it a crime?” ¿Quién podría resistirse a esa melodía mojabragas?

Ahora a deslizar y esperar a que vengan los matches.

Resultó que soy más tiquismiquis (y a veces superficial) de lo que pensaba:

  • Esta escribe con faltas de ortografía: swipe left
  • Esta tiene los dientes torcidos: swipe left
  • ¿Es bizca? ¡Next!

Salir con una chica que no te atrae no es nunca buena idea, pero resultó que la sororidad tampoco era lo mío.

Sigo deslizando un rato hasta que aparece una chica que cumple con mis estándares, aunque a esas alturas no tenga muy claro cuáles son.

Necesito una entrada ingeniosa, que se escape del tradicional “Hola” así que le suelto:

¡Enhorabuena! ¡Eres el match número 10.000! Puedes elegir entre los siguientes premios:

  • Un iphone último modelo
  • Un viaje a NY con todos los gastos pagados
  • Una cena conmigo, que soy una tía muy maja.

El 99% elige el tercer premio, el otro 1% dice “haiga”

Como respuesta obtengo un “jajaja qué graciosa eres”. No es mucho, pero es un hilo del que tirar. Hablamos durante media hora hasta que me pregunta a que me dedico. Lo pone en mi perfil. Mala espina. Estoy opositando. Su respuesta me deja muda:

  • ¿¿Y a qué te opones??

Juro por Simone de Beauvoir que nunca había hecho Ghosting y que nunca más lo haré, pero esa respuesta me hizo decirme a mí misma: ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

Ahora escribo este artículo sentada en el sofá y con mis piernas peludas y mi satisfyer sobre la mesa, así que perdonad que os deje colgadaaah…. ahhhh… sí…

 

 

Gordillera