Hay cacas y cacas, igual que hay días y días. Hay una caca para cada día y nadie me creerá que a veces creo que fabricamos cacas dependiendo del día que tengamos, si tienes un buen día: cagas contundente, si tienes un día plof: cagas a chorros, si tienes un día inestable: cagas por fascículos.

El caso es que, de una forma u otra, tengan que ver o no nuestras cagadas con nuestras emociones hay un hecho que es indiscutible: hay tantas formas de cacas como amaneceres. Pero vamos a centrarnos en las más generales para que todos nos sintamos incluidos en el cacas world y nadie piense que caga raro o diferente, cuando hablamos de la defecación todos somos iguales, la mierda no es racista.

Por último aclararé que el arte de expulsar restos por el ano es eso, un arte. Todos sabemos lo duro que es hacer una caca no ideal en un lugar no ideal, es decir, como te toque un día en la oficina cacas de cabra o caca líquida, LO PASAS MAL. Cuando más necesitas un buen zurullo contundente, menos posibilidad hay de que aparezca. La caca es lista, es inteligente, la caca sabe jodernos y alegrarnos, la caca es lo puto mejor del mundo.

  1. Las cacas de cabra

 

Son muchas, nunca sabemos exactamente la cantidad, pueden variar entre tres y tres millones, pero siempre serán mínimo tres, nunca podremos considerar menos de tres minizurus caca de cabra. Es la regla. Esta caca tiende a tener un carácter ruidoso, un velocidad de salida rápida y un manchado básico. En cuanto tienes este tipo de caca, tú lo sabes. Además piensas ‘vaya, hoy cagamos por fascículos’, es una caca divertida, te lo pasas bien cuando cagas así, es como que dices, ‘ay, a ver cuántas son y cuánto tardan en salir todas’, a mí me encanta cuando hay una bolita final divertida, que se hace la interesante. Las echas todas juntitas y la septilliza decide esperar unos cinco segunditos extras para ser expulsada, lo que les gusta a algunas hacerse las interesantes.

2. La caca estirada 

 

Esta caca es un poco hija de su madre y suele dar mucho trabajo. Hablamos de un zurullo fino, blando y estirado. Una caca como medio deshecha, una caca a medio camino, una caca vaga, hecha sin ganas, una caca que se mueve en el limbo de las cacas. Es blanda, pero tiene la consistencia mínima para considerarse truño y no sopa. Odiamos esta caca porque, por lo general, viene acompañada de una limpieza anal mínima de cinco minutos, nos deja una cantidad de rastrojos que madre mía qué pereza cuando cagas blando y fino, de verdad.

3. El zurullo máximo 

 

Es una caca fuerte, dura, con personalidad. Es una caca que nos encanta, que adoramos, es una caca que a pesar de ser la que tiene más fuerza es la que más ilusión nos hace hacer, la que más orgullo nos hace sentir, la que más artistas nos hace creernos. Tú cuando cagas el zurullo máximo te sientes padre, te sientes completo, te sientes capaz de todo en el mundo. Cuando cagas contundente, de una, con fuerza, sin ir demasiado rápido ni demasiado despacio, disfrutando del camino, pero sin detenerte. Cuando cagas una caca como debería ser, ese día es un gran día. Si encima ya no te tienes que limpiar APAGA Y VÁMONOS PORQUE ERES LA JODIDA PUTA AMA DEL REINO DE LAS MIERDAS.

4. La caca Chernobyl 

 

Todos hemos hecho este tipo de caca y todos las hemos sentido desprenderse de nosotros, mientras la expulsas, durante el proceso estás un poco preocupado, estás constantemente pensado ‘pero dios mío, qué forma tiene esto’. Es una caca hecha de cacas en una sola caca, son cacas unidas por un fin común, esta caca es la revolución. Es un truño hecho de bultos desiguales, son varias bolas de plastilina juntas, son tumores cacales. Esta caca la tienes que mirar, siempre, si no lo haces eres un desalmado, después de hacer la caca chernobyl tienes que comprobar su forma, si no lo haces es que no tienes corazón.

5. La caca líquida que no llega a ser diarrea 

 

Esta caca está hecha para dar dolores de cabeza, para preocuparte, para dejarte mal sabor de boca. Es una caca deshechota que todavía no se la puede considerar del todo estado líquido. Es una caca chorreante, una alternación entre consistencia e inconsistencia. Una caca que te hace preguntarte qué has hecho mal, qué has comido y qué fecha de caducidad tiene tu frigorífico y tu armario enteros. Es una caca que viaja entre la enfermedad y la sanidad, no sabes decir muy bien si estás bien o si estás mal. Pero si algo bueno tiene esta caca es que a la hora de limpiarte te sorprende, deja restos, pero son restos rápidos de limpiar, con dos pasadas de papel higiénico estás listo para volver al mundo.

6. La caca delatadora 

 

Esta caca la conocemos todos, nunca hemos hablado de ella en público, pero nadie podrá negar que la ha expulsado alguna vez. Esa caca con tropezones de restos de comida tan claros que no puedes negar que te has comido una ensalada con maíz o un buen plato de lentejas de tu abuela. Esta caca muestra claramente que X alimentos no sirven de nada, conforme te los comes, los tiras, sin tomar nada de ellos, sin absorber nutrientes, sin absorber vida. Esta caca solo nos dice una cosa clara: PEDAZO DE ENGULLIDOR APRENDE A MASTICAR.

7. La caca pis 

 

Esta caca es la más odiada de todas, no podemos negarlo, nadie puede negarlo. Cuando haces caca líquida con algún que otro tropezoncillo que asoma tímido entre todo ese mar de marrón sabes que algo has hecho mal, que algo mal hay en tu cuerpo, que has ingerido algún alimento de forma más o menos voluntaria y que no te sienta bien. Eh, señoras intolerantes a la lactosa, DEJAD DE COMER QUESO, cuanta como lácteo igual. La caca sabe cuando haces trampa, a la caca no puedes engañarla, la caca es sabia, la caca es dios.