Si tenemos un claro indicador de que todo va bien por ahí abajo ese es sin duda nuestro querido flujo vaginal, ese gran aliado que nos acompaña cada día de nuestras vidas y que aporta tantísima información sobre como se encuentra nuestra querida vagina y vulva, que en ocasiones pasa desapercibida.

La información es poder, y algo muy necesario es saber como funciona nuestro cuerpo y que quiere decir cuando pasan determinadas cosas.

El flujo vaginal tiene una gran importancia y a lo largo de los años muchas de nosotras (yo me incluyo entre ellas) hemos podido sentir vergüenza por tener “demasiado” en unas ocasiones o por no tenerlo en otras tantas.

Nuestro querido flujo abarca a cualquier secreción que salga de la vagina, a excepción de la menstruación, ya sea lubricación, mucosidad cervical, fluido de excitación, etc.

La mucosidad cervical es aquella que nos acompaña en el día a día durante todo el ciclo y que presenta unas características u otras dependiendo del día en el que nos encontremos, puede pasar de ser muy húmedo, a ser más seco, pegajoso o incluso cremoso.

Su función cuando estamos en un periodo fértil es permitir que los espermatozoides lleguen a su destino, el preciado óvulo, mientras que fuera de este periodo incluso puede dificultar la llegada de este.

Este flujo es una secreción natural del cuerpo de la mujer con el fin de limpiar (si chicas nuestra vagina se limpia totalmente sola por lo que olvídate de jabones y perfumes), humidificar y protegerla de posibles infecciones.

Pero no es lo mismo flujo y lubricación ya que esta se produce a nivel genital cuando existe una excitación sexual, debido a que el riego sanguíneo de la zona aumenta y esto facilita la penetración. Incluso hay lubricación a nivel vaginal y vulvar, ya que tenemos unas glándulas que se encuentran en los labios menores de la vagina que también cumplen esa función.

Es importante no confundirlas, por eso que tú estés húmeda en un momento dado no es indicativo de que estés cachonda perdida, incluso en ocasiones puedes estar muy excitada y por algún motivo no estés lubricando.

Estar húmeda no es igual que estar excitada

Por eso te traigo una pequeña guía para que puedas diferenciarlos y que puedas identificar que tu quería parrusa está perfecta o si necesita una pequeña revisión.

Tipos de flujos

  • Clara de huevo

Este flujo es un indicativo de que estás a punto de ovular o que ya lo estás haciendo. Este flujo es el que permite que el espermatozoide llegue con más facilidad al óvulo. Es decir, aparece en el periodo fértil.

Este flujo se estira entre la yemas de los dedos cuando las separas además de tener un color casi transparente.

  • Cremoso

Es el que suele preceder a la ovulación y también lo podemos encontrar justo antes de la menstruación. Su color y textura es parecida a la de un yogurt y puede ser bastante denso. Es un indicador de que ya no estás en tu periodo fértil ya que dificulta la llegada del espermatozoide o que pase al útero .

  • Pegajoso

Suele aparecer los días posteriores a la menstruación, seguidos de días un poco más escasos de flujo.

  • Flujo amarillo o verde

Si están acompañados de un mal olor suelen ser indicativos de alguna infección o un desequilibrio en las bacterias vaginales.

Aunque el flujo vaginal aporta mucha información nunca será en si mismo un método anticonceptivo ya que para saber con exactitud si estás o no ovulando o en un periodo no fértil necesitas conocer muchos más indicativos.

Pero es muy importante que conozcamos todas las funciones de nuestro cuerpo y que nos acostumbremos a observar como es nuestro flujo y que cambios tiene a lo largo del mes, ya que es una fuente muy importante de información y un indicador de salud.

Y hay que tener en cuenta que en cada mujer se puede ir presentando de formas distintas, solo es cuestión de saber como es el tuyo.

 

Aida Vallés psicóloga especializada en sexología y terapia de pareja.

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