Los calores del verano propician los calentones y metemanos, y entramos un poco en pánico cuando después de mostrarnos brabuconas en el bareto, nos quedamos a solas y llega el momento de la verdad: el de empotrar.

Y es que, aunque una se haya trabajado su autoestima como si fuera una oposición, algunos temores resurgen como Raphael en Nochevieja, en nuestro momento más vulnerable. No es difícil sentirse desarmada cuando una está en pelota de cuerpo o alma, y si llevas el 2×1 vete comprando Fortasec porque te vas a cagar patita abajo.

Entre los momentos más populares que nos delatan que aún nos queda algún pasito más que dar en nuestro camino Body Positive están:

 

Meter barriga cuando te estás dando el filete

 

Primer acercamiento. Morreo. Sus manos en tu cintura y tu automáticamente metes barriga como acto reflejo. Porque claro amiga, no vaya a notar el señoro tu mondongo y vaya a salir corriendo, porque está claro que esa camiseta que te disimula es lo que le ha atraído de tí.

Error amichi! Eres sexy, te guste o no, en tu forma, tu color y tu sabor. Desde tu cuerpo a tu personalidad pasando por tu salero han hecho que tus morros y los suyos estén más pegados que mis manos pidiendo aire acondicionado.

La lista de los checks

 

Depilación check

Ropa interior negra, que disimula check

Más limpia que un hospital check

En ayuno para tener la barriga desinflada check

Maquillaje waterproof para levantarme como en las telenovelas check

 

No te obsesiones con estar perfecta o dejes de disfrutar una noche de lujuria porque tienes tus piernas modo kiwi y hace 3 días que no te pasas la cuchilla. Quema la lista de los checks de una vez por todas.

Renunciar a lo que promete una tarde de orgasmos porque te pusiste las bragas de Disney ya que no cabía en tus planes pillar cacho, sería del género tontus profundis. ¿De verdad crees que necesitas un lavado vaginal, esterilizar tus axilas de tanto frotar con gel o meter tus pies en cal pura para compartir un poco de intimidad?

No tienes que estar perfecta, porque YA LO ERES. Si te has puesto hasta arriba en la boda de tus colegas y has tenido que desabrochar el botón de tus pantalones, mientras no creas que vas a echar la pota por moverte, ¿porque vas a dejar de darle otra alegría al cuerpo?

 

Agarrar tu ropa como si no hubiera mañana

 

¿30 grados a la sombra y tu quieres follar con el vestido puesto? ¿con el sudor de tu frente podrías llenar la bañera pero no te quitas la camiseta? Algo va mal querida, y lo sabes. Ha llegado el momento de la verdad y sabes que si dejas que te arranque la camiseta el michelín que intentabas ocultar metiendo tripa y conteniendo la respiración entre lengüetazo y lengüetazo va a salir.

Quizás no sea la tripa lo que te raya y con tus pechos, que con el sujeta de ingenería perfecta, consiguen verse del tamaño y forma más perfecta posible y una vez desabroche los corchetes de semejante artilugio te vas a sentir como el Copperfield cachado detrás de las cámaras.

Querida mía, ese hombre va a querer comerse tus pechos como si fueran cocos en un desierto y no se va a fijar si son grandes o chicos, altos o bajos, porque lo que quiere son tus cocazos porque eres tu la palmera de los que cuelga.

Además la seguridad y la confianza en uno mismo es de las cosas más eróticas que existen. Que alguien se desnude sin pudor, con orgullo o incluso humor levanta/inunda pasiones.

Se fue la luz

 

Typical, typical: apagar la luz antes de quedarme como mi madre me parió o su versión hermana, meterme bajo las sábanas como el niño del sexto sentido: asomando levemente la cabeza y cagaíta de miedo.

Yo nunca me creí demasiado el refrancito de Ojos que no ven, corazón que no siente pero a veces parecemos hacer la versión nomemolamicuerpo y aplicamos el Ojos que no ven, manos que no se enteran de tu talla.

¿En serio? Sí, en serio. Es absolutamente ilógico pero nos lo comemos con patatas. De alguna manera te crees que porque apagues la luz o te escondas debajo de la sábana como artimaña para invisibilizarte, cuando sus manos estén recorriendo cada centímetro de tu piel le van a parecer milímetros en su lugar; o que cuando levante tu pierna por estar en la oscuridad la gravedad será 0 y tú como la Torroja, te creerás por un momento que eras aire.

Quítate los miedos y tíralos más fuerte que el sujetador en pleno agosto al llegar a casa. Tu cuerpo es el mismo cubierto de tela que sin ella, y observar una de las delicias del sexo (¿si no porqué el porno es tan popular?). Deja de rayarte con lo que te miran o te dejan de mirar, y mira tú y disfruta las vistas como lo hace tu pareja con las suyas. Además te ahorrarás algún que otro accidente como un cabezazo inesperado.

 

Calladita estás más NADA

 

¿No te gusta lo que te hace? Dilo. ¿No quieres continuar? Por Dios, dilo.

Tenemos el inmenso regalo de la voz y el lenguaje para poder mandar un sin fin de mensajes, así que no lo desaproveches y úsalo. Si te está buscando una emisora de radio con tus pezones y te resulta tan divertido como verle hacer un Sudoku dile que prefieres que te lo haga de tal otra forma u otra cosa, si la manera en la que mordisquea el lóbulo de tu oreja y cuello te resulta molesto dile que no lo haga y si se te han pasado las ganas de follar o simplemente no quieres ir más lejos sin ningún reparo o duda DÍSELO.

Si cualquiera de estas cosas le molestan o cabrean está claro que es un idiota profundo y tú te tienes que marcar un See you never.

 

La justificadora justiciera

 

A tu colegui no se le levanta y tu culpas a la liberación de tus domingas frente a él, o el señoro no se corre y es que tu le has follado de pena. Claaaaaaaaaaro que sí guapi.

Las cosas pasan o no pasan por mil motivos pero por tu culpa seguro que no; ni que lo digas tú ni mucho menos te cargue el muertecito otro. Al igual que tú tienes boca para pedir también lo tiene el compañero que te has llevado al catre. A veces las situaciones pasan sin más y otras sin querer, pero si te quieren vender la moto de que no han culminado porque tú blablabla le enseñas el dedo corazón y la puerta de salida de tu casa y de tu vida.