Hola chicas.
Este movimiento me parece a la vez increíble y terrible.
Me alegro de que las mujeres por fin, estemos diciendo lo que hemos sufrido, para hacer ver la gravedad de la situación. Y a la vez me parece terrible, que tengamos que vivir todo esto. Por lo que me he lanzado a contar mi historia.
Hace 4 años, cuando estaba en segundo de bachillerato, conocí al mejor amigo del novio de mi mejor amiga. Si, un poco lío. Y bueno, os podeís imaginar, acabamos juntos, todo era maravilloso y mariposas everywhere. Y empezó a ser extremadamente celoso cuando se enteró de que antes de estar con el, estuve con una chica (la que en ese momento era mi mejor amiga).
No me dejaba estar a solas con ella, siempre venía él. Aun sin decirle que habíamos quedado, lo sabía todo. Tampoco me dejaba estar casi a solas con mis amigos, y siempre que mis padres se iban, venía a mi casa, aun sabiendo que odio dormir acompañada y más en una cama de 90.

Uno de esos días en los que mi casa estaba sola, vino él y mis amigos. Y bueno, estuvimos bebiendo y en fin, os imagináis. Llegó un momento que les dije a mis amigos, que yo me iba a dormir, que si querían se podían quedar más o irse, me daba igual.
Me metí en la cama, y cuando mis amigos se fueron, subió mi novio, se metió en la cama y empezó a intentar acostarse conmigo. Yo no quería, estaba cansada y borracha, así que le apartaba, le decía que me dejase dormir, y me daba la vuelta. Pero el siguió, hasta que le pegué dos gritos y el me empujó contra la pared y dándome en toda la nariz, que empezó a sangrar. Cuándo vio la sangre, se relajó, me pidió perdón y me ayudó a limpiar todo y se fue a su casa. Por lo que no le dí mayor importancia.
Pero esto siguió pasando, el control, los celos… Me insistía continuamente para que nos acostásemos. Que acababa conmigo gritando y echándole de mi casa, o en sexo.

Pero llegó un momento, cuando discutimos en medio de la calle, que me empujó y me tiró al suelo, que le mandé a tomar por culo y no le volví a ver en un tiempo.
Más tarde me enteré de que me había engañado continuamente. También intentaba volver conmigo, pidiéndome perdón y chantajeándome con cosas que sabía sobre mí, mi familia y mis amigos. Pero saque el poco genio que tengo, y le deje claro que como me volviese a hablar a mi o a mis seres queridos, le denunciaba por acoso y abuso. Finalmente decidió irse de la ciudad, y ahora, cuatro años más tarde, lo cuento.