Antes que nada quiero dejar bien en claro que amo a mi familia y no vengo a quejarme de ellos. Soy 100% responsable de lo que me pasa, pero no se cómo revertirlo, por eso vengo a pedir consejo, quizás alguien ha pasado por algo similar y tiene alguna sugerencia que funcione para modificar mi modo de actuar.
Toda mi vida, o al menos desde que tengo memoria, he estado disponible para los demás. Una mezcla de «vocación de servicio» con incondicionalidad y entrega total, principalmente hacia quienes más amo.
A su vez, y desprendido de lo mismo, siempre me he encargado de ocultar mis necesidades y mis sentimientos de angustia y enojo, justamente para «cuidar» a mi familia.
Esta dinámica, sostenida por tanto tiempo, me convirtió, a ojos de los demás, en alguien fuerte como el hierro y capaz de resolverlo todo, con disponibilidad full time.
Obviamente, soy humana, y me pasan cosas. Sufro, me enojo, siento cansancio y claramente, no todo lo puedo. Pero tanto me esforcé para que el mundo no se dé cuenta, que lo logré, y no solo parece que nadie lo nota, sino que yo tampoco puedo transmitirlo.
A estas alturas del año, en las que suelo ya acumular una carga pesadisima, por lo general me encuentro particularmente sensible y agotada, y en ocasiones también enojada, pero continúo sin ser capaz de poner límites ni de pedir ayuda. Ahí es cuando comienzo a fantasear con desaparecer, de la noche a la mañana, así de pronto y sin aviso, para empezar desde cero, o quizás terminar para siempre…
Pero después vuelvo a mis obligaciones y me olvido.
Muchas gracias por leerme