Amistades tóxicas vs Trastorno Bipolar

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  • Bea
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    Bea on #527577

    Es la primera vez que publico por aquí y no sabía muy bien dónde meter este mensaje.

    Pues bien, ahora que todo me va como nunca (amor, trabajo y salud) la cabeza me juega una mala pasada al recordar este ladrillo que os voy a contar. Lo hago para desahogarme y sobre todo, por si alguien está pasando por algo similar y ve patrones, que salga de ahí YA:

    Veréis, me llamo Bea, tengo 30 años, padezco trastorno bipolar tipo II y soy muy dependiente, con la autoestima baja e influenciable por la gente que me rodea.(Esta es mi carta de presentación, sé que no es muy buena, pero la estoy mejorando).

    Tengo un grupo de amigos de toda la vida, de los que somos como familia porque nuestros padres son amigos también desde niños y de juntarse ellos, nosotros hemos hecho piña también. Nunca tuve problemas graves con nadie. He tenido los típicos roces pero los he solucionado y a vivir.

    Hasta que, en la universidad, conocí a unas amigas bastante «especiales» (mi gente me advertía y yo no les hice ni caso). Abusábamos del alcohol y lo que no era alcohol y teníamos comportamientos dañinos las unas con las otras y con los demás. Éramos niñatas siendo ya mujeres. Insoportables.

    Y, ¿Qué os voy a contar? Me volví como ellas. Ni más ni menos. La peor época de mi vida, aunque estuviera exultante y no viera las señales. Fui un ser tóxico. Me recuerdo y no me reconozco.

    Me puse yo sola en contra de todo el mundo y pensaba que todos, menos ellas, querían lo peor para mí: familia, novio, amigos de toda la vida, etcétera. Mi autoestima estaba bajo mínimos, veía enemigos por todas partes y yo nunca era suficiente. Creía que era una inútil.

    Por ejemplo, nunca entenderé qué sacó una de mis “amigas” para tenerme tres horas por teléfono, yo llorando y con un ataque de ansiedad y seguir machacándome sin piedad sobre cosas que había hecho (tiene ovarios que fuese ella una de las que lo hacía también) y cosas que NO, porque tengo muy buena memoria y sé que no fue así.

    Y a las tres horas siguieron más y más horas de llanto y tomé nosecuantos orfidales que tenía en casa y que se tomaba mi padre, con vodka. Quería dormir y morir porque yo era una mierda, mi hermana se dio cuenta y me llevaron a urgencias. Allí empezó mi camino tangible con mi enfermedad mental. Después de años de tratamiento he sido diagnosticada con trastorno bipolar tipo II, pero ya empecé a tomar medicación y terapia desde ese momento.

    Pero volvamos a aquella época: no me bastó con ese golpe de realidad, ya que seguí con ellas. Eran mi mundo y ese mundo me estaba destrozando. (sí, sé que sólo soy yo, yo y yo. Lo siento chicas).

    No sé cuánto beberíamos en esos días y no sé cuánto me gasté en la que era mi “mejor amiga” (viajes, comidas, cenas, conciertos, parte del alquiler de SU casa) Todo para que me aceptaran y que no me dejaran sola. Yo estaba eufórica (que es una de las fases de mi enfermedad) Y se aprovechaban, no sólo del dinero, si no que también se burlaban de mí. No podía creer que mis amigas se rieran de mí (¡tonta, tonta y tonta! si lo hacen con los demás, ¿por qué no hacerlo también de mi cuando yo no estaba?).

    Pero lo hacían, sobre todo porque pasé de estar delgada (talla 38/40) a no saber mi talla porque gané más (mucho más) de quince kilos en menos de dos meses por culpa del tratamiento contra el trastorno bipolar. Me llamaban la “gorda loca” y no precisamente de manera cariñosa, aunque su mofa era siempre festiva de manera que no te pudieras enfadar porque entonces exagerabas. A mí me dolió y en vez de huir y afrontarlas me quedé.

    Por aquel entonces, como os podéis imaginar, harto de la situación, mi novio que no las tragaba y me advertía hasta la saciedad, cortó conmigo. Y aquello me hundió más y más. Alejé a mis amigos y a mi familia (sobre todo a mi hermana) y mis visitas a urgencias por abuso de pastillas y alcohol se hicieron frecuentes (de esto ellas no se enteraron ya que yo con ellas siempre estaba feliz. El tormento se lo comieron mi hermana y mis padres). Me sentía una mierda que no merecía nada de nadie pero a la vez estaba dentro del grupo y eso era lo único que me hacía sentir bien, aunque se rieran de mí y me sacaran hasta la sangre (esto último culpa mía). Pertenecía a algo. Sólo estaba “bien” con ellas y trabajando. Creo que fundí mi amor propio en esos días porque joder, amistades tenía, no estaba sola tal y como yo creía.

    Con 25 años era yo la que pagaba casi todo (supongo que sería ego, mi enfermedad y mi dependencia emocional, no lo sé. Lo he hablado con mi psicóloga y seguimos trabajando en ello).Desde algo tan simple como pagar los cafés hasta pagarles a todas una casa rural un fin de semana para ir a un festival que a mí ni me interesaba. Yo trabajaba, ellas no y no tenía gastos más allá de aportar una parte para casa, ya que vivía con mis padres, así que podía permitírmelo.

    Hasta que perdí el trabajo y cuando se terminó el paro y no pude seguir pagando más. ¡Sorpresa! Desaparecieron. Ninguna pudo decirme “porqué”. Me bloquearon de todas partes.

    Y me quedé verdaderamente sola y desesperada. Quizá hice algo, quizá me lo merecía, no lo sé. Nunca lo sabré. Desaparecieron todas, hasta la autodenominada “mejor amiga”. Yo no soy ni era una santa, pero no recuerdo haber hecho nada que no hicieran ellas previamente para merecer que desaparecieran. Quizá se cansaran de mí. Repito: no lo sé. Sigo trabajando en ese periodo de mi vida con mi psicóloga y esto está en punto muerto. No sé qué pasó más allá de que me quedé sin dinero.

    Pero fue lo mejor que me ha pasado.

    Con un ingreso, terapia y esfuerzo retomé mi vida: amigos de siempre, volví con mi novio, estoy genial con mi familia, he hecho nuevos amigos, estoy trabajando la dependencia enfermiza y mi autoestima y vuelvo a trabajar. No he vuelto a tener problemas con nadie más. Echo la vista atrás y todo esto me parece ridículo e infantil. Me lo está pareciendo mientras lo estoy escribiendo.

    Tampoco he vuelto a urgencias. Siento que he perdido años, he hecho daño a mucha gente y sigo sin saber cómo pudieron manipularme tanto unas niñatas (yo también era una niñata). Creo que por mi inmadurez, dependencia y egoísmo fui la gallina de los huevos de oro y no vi las alertas rojas. Ellas eran tóxicas, pero yo también lo fui (como ingeniera, trato de buscarle alguna lógica, pero no encuentro nada que justifique nada de lo que pasó).

    Quedarme sola era mi mayor miedo, lo sabían (porque lo confesé varias veces) y jugaban con mi dinero, tiempo, amistad, etc. Pero, de que me manipularan mientras luchaba contra el trastorno bipolar en el peor momento (los primeros años son horribles porque te tienen que ajustar la medicación y es lo peor), era gran parte culpa mía ya que yo ya tenía pelos ahí abajo y podía haberme dado cuenta, haber escuchado a mis seres queridos, no ser tan dependiente, ver las señales o yo que sé. Haber hecho ALGO. Pero no lo hice. Me arrepiento muchísimo.

    Así que para terminar de una vez dejo un consejo: si creéis que os manipulan y os amenazan con que os quedaréis solas o afirman vehementemente y sin pruebas que hacéis cosas que sabéis que no habéis hecho, huid y no miréis atrás. Es mucho mejor quedarse sola que con gente que os hace chantaje emocional y “juega” con vuestra mente. Y cuidad la cartera. Un verdadero amigo no necesita que lo compres. Quizá mi error fue pensar que podía “comprar” afecto con dinero. Y eso NUNCA es así. Es un comportamiento muy dañino, por ambas partes.

    Esta es la versión de un suceso de mi vida, de cómo lo viví y de cómo me afectó. La verdad, como siempre, estará en el punto medio. Yo lo único que sé de ellas por conocidos de la universidad es que han acabado sin hablarse y con movidones rollo estafas.

    Ahora sólo son un recuerdo doloroso y sinceramente me importa muy poco lo que les pase, lo que importa es que no me vuelva a pasar (he aprendido muy lentamente y a base de hostias). Ni a mí, ni a nadie.


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    Mi
    Invitado
    Mi on #528593

    Me recuerdas un poco a mi pareja, me ha gustado mucho tu historia y no deberías disculparte en tu post de que escribes solo sobre ti. Es a lo que vienes y te lo mereces. Me alegro mucho por ti y por toda la gente que ha tenido malas épocas y muy malas (ya que estamos, me incluyo) y las empieza a superar o las supera. Es algo fantástico que nadie puede quitarte. Besos y ánimos a todos los que pasen por un mal momento.

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    Ra
    Invitado
    Ra on #528687

    Increíble que pudieras salir tan bien de algo así, al final te diste cuenta y lo afrontaste, es lo que importa. Todos nos topamos alguna vez con gente mala y hacemos tonterías, no te castigues más y deja el pasado donde debe estar. Me parece tan heavy igualmente que exista gente tan mala y aprovechada…

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    Azu
    Invitado
    Azu on #528703

    Ole olé y OLÉ 👏🏻
    Que buena suerte tuviste al quedarte sin dinero en ese momento…
    Me he sentido muy identificada… en mi caso eran mi “mejor amiga” de toda la vida y su perrito faldero: me robaban (dinero, ropa y maquillaje caro) me manipulaban, me trataron de loca y exagerada cuando les pedi ayuda el dia que mi EX (un tio que no dejo una sola puerta de MI casa sin romper) venia a por sus cosas me dejaron tirada totalmente adrede. Al poco tiempo “mi mejor amiga” me humilló publicamente y lo siguiente que supe es que estaba liada con mi ex. Ha pasado mas de un año dsd entonces y jamas he vuelto a tener contacto con ellas. Al principio te juro que fue una de las experiencias mas dolorosas que he vivido, a dia de hoy siento que he ganado en todo.
    Hay gente mala, es un hecho que hay que aceptar. Pero no te castigues por no haber hecho nada en su momento, valora el aprendizaje y agradece que gentuza así esté ya fuera de tu vida.

    Cuidate mucho y se feliz!

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    Maria
    Invitado
    Maria on #528765

    Ay amiga, yo también tengo trastorno bipolar 2 y durante una época mi historia fue parecida a la tuya. En mi caso conocí a un grupo de chicos muy fiesteros y empecé a abusar del alcohol y a hacer cosas raras. Me pelee con todo el mundo, mantuve relaciones sexuales de riesgo y le hice la vida imposible a la que fue mi pareja. También di con mis huesos en un psiquiátrico y ahora con 30 por fin llevo una vida normal tranquila y totalmente recuperada. Pero si es cierto que en estos años he ganado como 10kg que no consigo quitarme de ninguna manera por culpa de la medicación. Pero la verdad es que 10kg me parecen un precio muy bajo por la vida y la felicidad que tengo hoy en día. Ánimo!

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