Antes que nada quiero decir que soy fan de este foro y que me la paso leyendo todos los casos que se comparten aquí y que muchos de sus consejos a otras personas me han ayudado a mi.
Les escribo desde México, ni yo misma estoy segura de cómo llegué acá pero estoy muy feliz de pertenecer.
Voy a empezar con un poco de contexto sobre la situación en la que me encuentro, quizá incluso leyendo todo pueda organizar la cabeza.
Hace 6 meses conocí a alguien en tinder, nunca tuve muchas esperanzas porque él está en España, e inclusive algún tiempo pensé que me interesaba gente lejos porque en realidad no quería tener una relación pero me gustaba el hecho de escribirme y convivir virtualmente con alguien todos los días.
Al principio todo era muy superficial y de intercambio de nudes pero no sabemos bien en qué momento todo se volvió más serio e intenso al punto de que el día de hoy tengo un vuelo comprado y pagado para ir a verlo.
Hablamos todo el tiempo y hemos hecho videollamada un par de ocasiones (es complicado por la diferencia de horario) hasta nos hemos enviado regalos y la verdad es que yo estoy muy entusiasmada con la idea de todo esto y sé que él también porque en alguna ocasión incluso me comentó que me estaba guardando exclusividad (sin yo pedírselo).
¿El problema? A mi me encanta sobre pensar todo e imaginar los 14millones de escenarios como Dr Strange para saber qué voy a hacer en caso de x o y situación. Cuando las cosas se han puesto serias lo hemos hablado y llegamos al acuerdo de no pensar a futuro hasta que nos conozcamos y decidamos si realmente funcionamos o si quiera nos caemos bien. Lo cual me parece bastante lógico.
Pasa que mi cerebro lo entiende pero a mi corazón le cuesta trabajo no sentir cosas por alguien que en verdad es un encanto.
Pasa que en algunas de esas veces que nos hemos puesto serios me ha dicho que no le funcionan las relaciones a distancia y ayer de broma le dije que quizá debería empezar a buscar empleo acá, a lo que me contestó que le gustaba mucho su empleo actual.
Lo cual es perfectamente comprensible, pero no dejo de pensar en que por más que quiera nada de esto tiene futuro. Porque si no le gusta el tema de las relaciones a distancia pero tampoco quisiera dejar de vivir allá ¿dónde me deja eso a mi?
Entiendo que me estoy adelantando muchísimo a las cosas porque quién sabe qué suceda en realidad. Pero no dejo de sentirme mal a veces por pensar que nada de esto tiene un futuro, porque si él no estuviera dispuesto a sacrificar algo para que estuviéramos juntos ¿por qué habría de hacerlo solo yo?
Todo esto me ha llevado incluso a querer que nada de esto funcione ahora que lo vaya a ver y resulte todo solo como una buena anécdota para contarle a mis nietos.
El punto de todo esto es que no sé cómo hacerle entender a mi corazón lo que mi cerebro tiene muy claro, que no debo adelantarme a nada y que si esto está destinado a funcionar pues encontraremos la forma.
¿Les ha pasado?