Hola a todos. Son las 5:31 de la madrugada. El insomnio hace mella en mí. Es lo que pasa cuando la has cagado y no ves salida por ningún lado.
Hace una semana mi vida cambió, y lo que se supone que era mi alegría y lo que deseaba desde hacía años se ha convertido en mi pesadilla.
Soy profesora, llevo en el sector privado 12 años. 12 años mal pagados, mal valorados y con una serie de irregularidades que os quitarían el sueño e indignarían, tanto es así que todos los veranos nos mandan al paro y todos los septiembres intentan quitarnos horas (cobramos por las clases que impartimos) pero que sigamos haciendo el mismo trabajo. Pero toda esta situación laboral (que es mucho más larga y compleja) no era lo peor de mi situación laboral. Lo peor era el trato con mis jefes.
Directora pasivo agresiva, chantajista, que nos lleva a todos a la locura. En estos 12 años he pedido la baja en varias ocasiones por angustias varias, insomnio, problemas digestivos…
Evidentemente, dedicándome a la educación lo más lógico es hacer una oposición. Os explico: mi titulación y de lo que doy clase es una rara avis en toda regla. Es un sector, dentro del FP, tan raro que hace más de 10 años que no salen oposiciones en mi comunidad (y casi que en el resto de España tampoco). Por lo que seguir en el sector privado era la única opción.
El año pasado salieron! Yupiii. Toda mi familia, novio… me dijeron que era la gran oportunidad. Y vaya que si lo fue. No aprobé, pero no quedé mal. Los puntos que obtuve, más los méritos… hicieron que mi posición en listas no fuera mala.
Aún así, el año pasado no conseguí vacante. Por lo que volver a mi trabajo en la escuela privada se me vino encima. Este último curso ha sido todo un drama (enfermedades familiares y propias, que darían para otro capítulo) en el trabajo entramos en varias situaciones horribles, con denuncias a mis jefes de por medio, problemas en los contratos, en los pagos… un desastre día tras día que te quitan la energía.
Cómo os digo en verano nos vamos al paro (aunque la empresarial puede permitir más que de sobra mantenernos los contratos, pero evidentemente les sale mejor a ellos no pagarnos). Todos los veranos consigo desconectar, pasarlo bien, recargarme de energía y volver en septiembre con ganas de dar clase (los alumnos son geniales y mi trabajo me encanta). Pero este año no, no conseguía desconectar: insomnio, pesadillas, angustia, desgana… pero siempre pensando que lo mismo este año conseguía plaza en lo público. Y así ha sido. Justo hace una semana salieron las vacantes. Me dieron una! Euforia, subidón, mi familia y mi novio entusiasmados. Lloré tanto de felicidad… y ahora me arrepiento tanto que son las 5:48 y no puedo dormir. Del sueño a la pesadilla.
Con la euforia del momento no me dio tiempo a pensar y analizar nada. Era tal mi ansia o por irme de mi actual trabajo, que ni corta ni perezosa me despedí.
Más euforia y alegria por salir por fin de aquel infierno.
Pero el infierno era en el que me estaba metiendo.
El fin de semana empecé a poner los pies sobre la tierra. Llegaron los contras, muchos contras… me tengo que mudar a casi 300km y pagarme un piso, gastos, gasolina… teniendo que mantener aquí una hipoteca, y más gastos que tenemos. Pero esto era lo de menos. Es algo que ahora con un sueldo mejor íbamos a poder sobrellevar. No me iba a dar xa ahorrar, pero si para vivir al día.
Entonces… cuál es el problema? Que esos 12 años han hecho tal mella en mi que no me siento capaz de abordar la nueva situación. Fui al nuevo instituto y las sensaciones fue nefasta. Yo me guío mucho por las sensaciones (no me fallan desde pequeña, es como algo que me recorre el cuerpo y me manda señales de peligro). Pues fue llegar y notar presión, angustia… los compañeros, la verdad no ayudaban mucho. Se les ve que también están quemados, que están hartos de su trabajo, de los alumnos, de recibir todos los años un compañero nuevo… y no me lo pintaron nada bien. Me dieron mi horario y las asignaturas y fueron si de francos y directos: como eres la última en llegar te hemos dejado las peores asignaturas. Aquí tienes unos libros y deberías ir buscándote un profesor particular para que te enseñe.
Yo estaba a cuadros. Ya no es que me dejasen las peores asignaturas, es que son lo opuesto a todo lo que yo sé. No he dado eso en mi vida, no estoy capacitada y no me veo con fuerzas para abordarlo. Aún así me llevé los libros y busqué por internet temarios y alguna guía para que me ayudase.
Cuando decidí ser profesora, uno de los motivos fue para dignificar la enseñanza. Durante la carrera me dolió tener profesores con un bajo nivel. Y yo me juré que eso lo iba a cambiar. Me especialicé y en mi campo soy buena, muy buena. Tanto que además de profe lo he compaginado con trabajos como freelance y he estado muy solicitada. Mis alumnos me han valorado siempre por intentar mejorar, renovarme y porque si algo lo desconocía se lo he dicho. Nunca he ido de alguien que sabe las cosas por encima de ellos. Si no sé un nuevo programa, si desconozco ciertas cosas se lo digo con la mayor humildad que puedo.
Y es por eso que ahora estoy en una pesadilla. He dejado un trabajo, que aunque mal pagado, con un malísimo contrato y unos jefes que nos amargan la existencia y por los que estaba al borde de la depresión, pero era un trabajo en el que yo dominaba la situación. Era respetada por los alumnos y creía fervientemente en mis capacidades.
Y ahora me encuentro con que me da pánico mi nueva oportunidad laboral. No voy a ser capaz de dar esas asignaturas. Es como si a un profesor de FP de informática le ponen a dar un FP de peluquería.
Es todo lo opuesto a lo que soy y en el nuevo instituto no me han dado opciones: libros y búscate un profesor particular.
Llevo toda la semana valorándolo, poniendo en la balanza los pros y contras. Pero sólo lloro, lloro y lloro. Y he de decir que yo siempre he sido dura y no de lágrima fácil. Por lo que me siento desbordada.
No soy de las que lo hablan, de hecho siempre me como mis sentimientos. Pero esta vez estoy tan desbordada que pido ayuda a gritos. Mis padres se han asustado y todo al verme así. Mi madre cree que llevo tiempo arrastrando una depresión y que ahora ha aflorado con fuerza. Y creo que tiene razón.
Mi novio me apoya en todo. Decida lo que decida. Al principio me decía que era el cambio, el mudarme, lo precipitado de todo, la novedad y el hecho de tener que abordar nuevos retos. Pero ahora se ha dado cuenta de que de verdad estoy tan desbordada (nunca me ha visto así en todos los años que llevamos juntos, que son bastantes). Llevo 3 días que casi no duermo, ni como. No dejo de llorar. Me siento una estafadora.
He dejado un trabajo fijo (en el que la situación es horrible) pero un trabajo fijo al fin y al cabo, por un trabajo que me abre puertas a un futuro mejor, pero que me genera pánico y angustia. Tanta que lo voy a rechazar. Estoy loca, si, pero no quieto vivir llorando , ni con miedo y angustia continua.
En una hora me ducharé e iré al sindicato (ya tengo cita) para que me asesoren. Ellos ya me han dicho que la situación no era muy normal de primeras, ya que sino estoy capacitada no debería dar asignaturas de ese tipo y generan un agravio a los alumnos. Van a asesorarme de qué vías y alternativas tengo. Pero si todo dice que al final es lo que hay mi respuesta será rechazar la plaza.
Ya he perdido mi trabajo fijo y ahora voy a perder esta oportunidad que me está quitando las ganas de todo.
Pero quizás sea un punto de inflexión en mi vida y de aquí salga algo bueno.
Yo lo único que quiero es dejar de llorar y de sentirme inútil.
Gracias por leer este texto tan largo y de persona insomne.