Opositar es una carrera de fondo. Incluso si nos ponemos en el peor de los casos, que te haya salido fatal (repito, en el peor de los casos) piensa que las oposiciones las saca quien resiste (y estudia). Si era tu primera convocatoria es normal ir cagada y que la incertidumbre te mate. Yo cuando fui por primera vez, aún sabiendo que iba a calentar la silla porque no lo llevaba bien preparado, tuve un dolor de cabeza de la tensión que me duró dos días.
Así que por un lado que no te desanimen los malos resultados y sigue luchando por ello. Y por otro, no adelantes acontecimientos porque en educación es muy importante ir metiendo la cabeza para que vayas teniendo méritos, así que igual no tienes el diez que te merecías, pero sí pinchas cacho si te centras en la segunda prueba y lo sacas.
Venga, un último repechito y ya está. Respira y salta. ¡A por ello!