Arielle García había tocado fondo, sí yo misma lo reconozco, he tocado fondo. Mi última locura me había salido rana como tantas otras, pero como el pobre ave fénix que resurge de sus cenizas, yo, evitando la llamarada también he resurgido de las mías.

El hecho de irme a Londres a trabajar persiguiendo a un tío no ha sido una de mis mejores ideas, pero bueno ya estoy acostumbrada a meter la pata, resultó que el hombre estaba casado y claro… ¡Claro! Por eso me decía que él volvería, pero yo en mi infinita sabiduría e inocencia treintañera pensé que lo mejor sería darle la sorpresa, pero la sorpresa fue mía. Tal como dije en el párrafo anterior soy un ave fénix y como ya tenía el trabajo en Londres decidí quedarme y perfeccionar mi inglés, que ¡oye! Nunca está de más.

En estos momentos vuelo de regreso a España pues me habían ofrecido un contrato para tener mi propio programa de reportajes, para mí era la excusa perfecta de volver a casa sin parecer una fracasada. Siendo sinceros, en Londres no me había ido mal del todo, al contrario mi trabajo allí sirvió para ofrecerme el nuevo. Pero con los padres que tengo nunca se sabe…

Si no lo recordáis porque lo he camuflado con mi impresionante prosa, tengo treinta años y según mi familia, amigos, parejas y ex parejas, soy un completo desastre, aunque pienso yo que no se puede ser buena en todo. Lo reconozco, todo se puede mejorar, pero mi afán en la vida no es ser perfecta, escultural, rubia platino y con las tetas como dos cántaros. Mi modelo de mujer no es Pamela Anderson, que por cierto era mi favorita en Los vigilantes de la playa, mi modelo de mujer… mi modelo de mujer… bueno dejémoslo en Renée Zellweger. Sí a ella me acerco bastante, sobre todo en su papel de Bridget Jones.

Hablando de todo un poco, es una película que me encanta, aunque ahora la veo y me recuerda bastante a mi vida. Siguiendo con los favoritismos me gusta el cine, el teatro, leer y la música y como favoritos tópicos me gusta estar con mi familia y amigos. ¡Mentira! Me gusta pero a ratos muy espaciados en el tiempo, bueno con mis amigos no.

Noa y JD son mis mejores amigos. Noa es el «amor lésbico» de mi vida, es mi mejor amiga desde niñas. Siempre lo hemos hecho todo juntas, otro motivo para volver a casa es que se ha comprometido con su novio, Edu, un chico bastante… un chico, sin más. José Daniel, quiero decir JD es el chico perfecto, alto, morenazo de ojos verdes, atento, cariñoso, especial, entregado y gay. Una pena ¿verdad? Pero es mi mejor amigo y para mi solo tiene cualidades. Lo único malo que tienen ambos es que son sinceros hasta dar asco y yo que soy de hundirme en la miseria sin necesitar de ayuda, pues me cae mal. Pero esa es la ventaja de nuestra amistad, que somos muy sinceros, hablamos mucho y siempre solucionamos los «enfados».

Esto que os estoy contando es solo un pequeño preámbulo para que conozcáis un poco de mí, por si no os habéis dado cuenta ya, y como sin mis padres no podría estar aquí voy a hablaros de ellos. Mis padres… profesionales arrancadores de felicidad que no hacen más que criticar todo lo que yo haga. Mi relación con ellos es buena, evidentemente, son mis padres, pero contra más lejos mejor. Por eso cuando acepté la oferta de trabajo lo primero que hice fue buscar un piso lo bastante lejos de ellos como para que no formaran parte de mi día a día.

Hablando otra vez de mí, os cuento que mi relación con los hombres es regulera, si pensamos en plan amigos, amigos son todos, pero si nos metemos en materia de corazón… para hablar de corazón hay que echar merienda y yo, yo estoy a punto de bajar del avión.

Las puertas se abren, recojo mi equipaje de manos, que no sé para que leches lo llevo, y me encamino hacía las escaleras de salida. Con todo el glamour que Dios me ha dado, una nueva mentalidad y sintiéndome como una actriz de cine llego a los dos últimos escalones y me lanzo a mi nueva vida. Bueno no me lanzo, más bien me tiro, sin estilo ni nada, vamos que me pegó el trompazo del día.

Pensaréis que empiezo bien mi nueva vida, pero no me pasó nada, solo me herí el orgullo como tantas veces, pero bueno una risa tonta, una carcajada y a tirar para adelante. Que ya puestos también me podían haber fallado los pies estando arriba del todo, para evitarme el bochorno más que nada.

Bien como iba diciendo de los dos años que he pasado en Londres traigo una nueva mentalidad, positivismo ante todo, mucha paciencia con las personas que me rodean y risas ante las situaciones complicadas. No sé si todo eso lo voy a conseguir, yo lo voy a intentar y si no lo consigo, total, nadie sabe que lo estoy intentando.

Como diría la gran Alaska, en una de sus canciones en Fangoria…

«No quiero más dramas en mi vida, sólo comedias entretenidas»

Bueno espero que os guste, ¿seguís a Arielle en sus aventuras?
Gracias ❤

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