Hola Welovers. Llevo unos días un poco inquieta, triste , decaída…pero a la vez, digamos, expectante.
Os pongo en situación: hace dos años me aficioné mucho a las carreras de obstáculos ( siempre fui muy fan del deporte) Y gracias a ellas, conocí a mucha gente y a la que fue mi pareja hasta hace como un mes(ya lo habíamos dejado el año pasado, pero está ya es la definitiva) Me lo pasaba en grande todos los fines de semana, disfrutando del deporte, los amigos…el amor.
Pero, el año pasado el mundo (y el mío) se pararon en seco por el covid. Los eventos deportivos se cancelaron en bloque y mi relación se congeló hasta el punto de entrar en un paron de unos cuatro meses más o menos.
Ahora con la nueva desescalada y la relajación de las restricciones, los eventos deportivos vuelven a arrancar poco a poco y toda mi gente conocida de las carreras está como loca, inscribiéndose a todo lo que va saliendo. Bueno…pues mis sentimientos son bien distintos y no entiendo por qué. Creo que no había persona en el mundo más ansiosa por volver a estar entre barro, obstáculos y gente a la que yo consideraba “guay”
Y digo consideraba, porque este año de paron me ha valido para ver qué lo que tienen de “guays” lo tienen de creídos, egocéntricos, únicos del mundo…estoy hasta las narices de ese tipo de gente y hay que decir que en este mundo de las carreras hay mucho elitismo y mucho “te miro por encima del hombro “
Soy empleada de supermercado y (gracias a los dioses) en toda la pandemia no he dejado de currar. Pero si me noto muy desgastada a nivel mental y me he vuelto muy instransigente. El año pasado empecé con el yoga a lo que estoy enganchadisima. También me he aficionado bastante al senderismo y las caminatas, ya que me ayudan un montón a nivel mental y por supuesto, al físico. Tanto, que hace nada, me he unido a un grupo de senderismo de mi ciudad con la intención de ir abriendo el abanico e ir conociendo a otro tipo de gente más llana y no tan subida a la parra.
El caso es que siento que al menos de momento no debo de volver al mundo obstáculos, sus carreras y su gente. Es que me da pereza. Angustia. Incluso a ratos algo de una especie de pánico, que es una mezcla de muchos sentimientos. Y a ello se junta que no quiero coincidir mucho (o nada) con mi ya ex pareja, que se dedica a la fotografía deportiva y va a cubrir ese tipo de eventos.
El caso es que intento hablar de este tema a viva voz con alguien de mi confianza y es imposible. Se me hace un nudo en la garganta y se me escapan las lágrimas. No sé a qué viene sentirme así. Querer alejarme de algo que, antes de todo esto del covid para mi era lo más. Lo que si tengo muy claro es que me encantó mi decisión de apuntarme al grupo de senderismo. Estoy muy ilusionada y esperanzada. Por eso siento que tal vez este sea el momento de un cambio de rumbo. De abrir la mente hacia otros horizontes. Que tal vez esté acabando una etapa y tenga que empezar otra. Diferente, de cero y con otra gente. Vale que la ruptura con mi pareja me afecta, pero más me afecta lo del fin de la etapa y estoy bastante perdida.
Como lo veis?? Os ha pasado esto alguna vez? Si es así, el cambio de etapa fue para mejor. Os leo. Muchas gracias y perdón por el tostonazo!!