Es la primera vez que escribo aquí. Y no porque no tenga historias para contar, puedo escribir un libro perfectamente.
La que os cuento no es ni la más rara ni la mejor. Pero me pasó ayer y hoy me he visto con ganas de escribir.
Soy madre soltera por elección, con donante y esas cosas. Dos años tiene mi niña. No tengo pareja ni ganas de tenerla, pero una sigue teniendo sus necesidades y tengo algún amigo que otro. Tengo un fijo, un fijo discontinuo y de vez en cuando algún extra.
Bueno, al lío. Mis padres tienen unos amigos, que tienen dos hijos (para darle a los dos, sobre todo al mayor). Y mi madre no me paraba de hablar de ellos y su madre los tenía aburridos hablándoles de mi. Pues oye, tanto oír hablar de ellos, estaba intrigadísima.
La presentación fue por videollamada que me hizo mi madre para ver a la niña un día que estaban con sus amigos y sus hijos.
Situación: habíamos salido de la ducha, mi hija en pelotas y yo con la toalla en la cabeza y con una camiseta que tengo cortada para que mi retoño tenga fácil acceso a mis tetas, que en realidad son suyas, yo solo las llevo puestas. Vamos, sexy total.
El hijo mayor, después de esa preciosa presentación me contactó por Facebook y empezamos a hablar. Al final un día quedamos. Nada, café, caña y fin. Dos besos y cada uno para su casa. He de decir que yo de pincho me pedí unas sopas de ajo, la falta de costumbre de quedar con posibles ligues. No sé si eso le echó para atrás o simplemente fue políticamente correcto, pero ni un pico ni nada.
Seguimos hablando y había interés en volver a quedar. Pero de repente se esfuma. Le pregunto a ver que le pasa y dice que todo bien . Pero desaparece. A los pocos días me entero que se ha echado novia. Pues nada. Que sean felices y coman perdices.
Hasta que el otro día me volvió a escribir (2-3 meses duró el romance). Bueno le solté unas pullitas, pero volvimos a hablar de quedar. A ver, soy cuarentañera y ni estoy para ponerme flamenca, ni para hacer dramas por volver cuando lo dejó con la amiga o novia o lo que fuera, la época de ponerme súper digna ya se me pasó y ahora no le voy a hacer ascos a un posible follamigo.
Y quedamos ayer (cuatro días después de volver a hablarme). En mi casa, de que durmiera a mi heredera. Cené pollo a la plancha y una manzana. Nada de sopas de ajo, ni chorizo, ni puerros, ni nada raro. Había dormido a mi hija, que le cuesta un triunfo dormirse y siempre con la teta en la boca, pero llevaba unas noches durmiendo del tirón y tenía fe de que fuera igual.
Llegó, estuvimos hablando dos horas y no pasaba nada, solo el tiempo. Eso sí, nos dejamos clarísimo el uno al otro que nos gusta ir de flor en flor y sin ataduras, para que no haya equivocaciones, repetir sí, pero nada más.
Por fin se decidió y empezamos a darlo todo. Nos vamos para la habitación y por la cámara vigila niños veo que mi hija se mueve y no sé qué demonios dice. Cunde el pánico, pero se vuelve a quedar dormida y nosotros a lo nuestro. Los condones los tenía en la cazadora y cuando fue a por ellos mi hija vuelve a hablar. Ay madre. Nada, falsa alarma, continuamos para bingo. Y como estábamos como burros, pues tardamos nada y menos. Pero seguimos….. hasta que ya mi hija empezó a llamarme…. No sabéis lo que es tener un orgasmo con «mami men» de fondo….
Fui, le hice unas «coquillas» en la espalda y me dispongo a salir de la habitación. Pero no, la princesa (por no llamarle otra cosa) se despertaba. Consigo después de un buen rato que se duerma.
Volvemos al lío pero mi hija se volvió a despertar y se sentó en la cama. Cuando se sienta en la cama, malo….. Voy otra vez y ahora quería teta. No hija, teta no. Pues sí, teta sí. Me voy al baño, lavo mis senos y a darle de mamar a la puñetera de mi hija….. Nada, no había manera. Una teta, la otra y cuando la soltaba a llorar. Pasó más de media hora y lo veo por la rendija de la puerta que sale vestido. Se acabó la noche de sexo desenfrenado…..
Salgo de la habitación y me dice que se va y le pregunto si volveremos a quedar y me dice que sí (jajajajajajaja). A todas estas la otra llorando a toda pastilla gritando tetaaaaaa. Le dije: escribe cuando llegues, ya que nos separan 50 km, pero no escribió. Y yo a amamantar a mi criatura.
¡¡¡¡¡Diez minutos tardó en quedarse dormida hasta esta mañana!!!!! No lloré por orgullo….. claro, a todo esto me dieron las cuatro de la mañana y encima no me quedaba dormida. Apenas he dormido y me duele la cabeza, pero me duele más el ego.
Podéis hacer apuestas, pero yo lo tengo clarísimo: no vamos a volver a quedar y tendré que seguir aguantando a mi madre contándome historias de los hijos de sus amigos.
«NO SOY UN ROBOT»