Yo no soy un ciervo, soy una mujer cuyo sentido de la existencia no es adaptarme a los deseos y necesidades del hombre de turno.
Soy una PERSONA y cuando he tenido ganas de compartir sexo con alguien lo he hecho cuando ha surgido y nos ha apetecido a los dos.
A medida que fui madurando y conectándome conmigo misma, deje de perder el tiempo en plantearme las razones por las que alguien perdía el interés en mí. Cuando eso ha pasado lo he dejado atrás y he seguido adelante con mi vida. Y tan feliz.
El que quiera cazar que tire pal monte, como las cabras. Eso lo tuve claro siempre, que conmigo no contaran pa sentirse el macho capaz de conquistar a la casta damisela.
Yo ya llevo 10 y medio fuera del mercado. Mi pareja y yo nos conocimos una noche de fiesta, ni siquiera aquello era una cita, hablamos, coqueteamos, nos reímos y terminamos en mi casa teniendo sexo hasta cansarnos. Hubo muy buena conexión desde el principio, mucha complicidad y empatía, volvimos a quedar varias veces y cuando nos dimos cuenta estábamos enamorados como dos tontos. Mi pareja no es el típico hombre. Es la persona más especial que he conocido nunca y no tiene nada que ver con la masculinidad tóxica de mierda que nos han vendido y que ya da ascopena.