Pues que digo yo el otro día voy a meterme en Meetic porque en Tinder solo hay macarras con ganas de zumbar y yo necesito algo más maduro. No es que generalice es que por mi zona es lo que hay y punto.
En Meetic me encuentro hombres más maduritos y yo como ya tengo una edad (32) y siempre me han ido los daddys me pongo contentísima con el hallazgo. El asunto es que al final quedo con un hombre de 49 muy elegante él por lo que hemos podido hablar y me dice que le encantan las mujeres con buenas curvas y con mucho tema de conversación y como esa soy yo pues mira que bien.
Estos días que hace un calor del infierno yo me pongo toda mona pero como soy pobre me pillo el metro para llegar a la cita. Bad idea my friend! Que llegué a la cafetería donde habíamos quedado con la mascarilla pegada a la cara y sudando a mares.
Me lo encuentro allí esperándome con su traje, guapo a rabiar y antes de acercarme le digo que espere un segundo que necesito ir al baño a refrescarme. Según salgo vuelvo a la mesa y va el SEÑORO y me dice que no me preocupe que el entiende que que es una putada, que estar gorda está muy bien (que a él le molan a saco las gordas) pero que el inconveniente que tenemos es que solemos sudar mucho y que él con lo escrupuloso que es con la limpieza se pone bastante nervioso con el tema del sudor.
Pues no supe qué responder. ¿Me estaba insultando? ¿Era una opinión sin más? Coño! Pues me lo tomé bastante mal, ya os digo que no sé si me equivoqué o no, pero le dije que sudar mientras te asees es de lo más natural del mundo. Pues con toda esta vaina descubrí que el tío muy bien pero un meticuloso de estos casi enfermizo que me llegó a preguntar qué tal se me da planchar. ¿¡PLANCHAR?! Si mi plancha es darle un meneo a la ropa antes de tenderla!
Así que ya sabéis las gordas somos muy top pero sudamos como cerditos y eso nos convierte en unas guarrotas de cuidado. Estos SEÑOROS…