Dejándome llevar…..

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  • Diario de una adultera por Afrodita Zurita on #149203

    Aquella noche salí de casa para convertirme en otra persona, pero volví.

    Volví con el corazón revuelto, la cabeza dividida, la emoción instalada en las venas, el deseo alojado en mi sexo y recorriendo todo mi cuerpo y una sonrisa de placer en la cara.

    Cuando monté en el coche los nervios colapsaban mi pensamiento y me perdí. Literalmente, me perdí, me desoriente. No conocía el camino y no podía concentrarme en llegar, solo podía pensar en si mi vestido rojo era demasiado atrevido y si la humedad de mis bragas mojaría mi arriesgado atuendo.

    La carretera estaba extrañamente solitaria, solo mi coche iluminaba la oscuridad absoluta, la negrura nocturna. Estaba completamente pérdida en una carretera solitaria, pero no sentí miedo ni desasosiego, temía mas lo que me esperaba al final del camino.

    Recorrí kilómetros oscuros, deje atrás mi casa, me alejaba y notaba como me desprendía de algo que me había pertenecido durante mucho tiempo, ponía tierra de por medio, soltaba lastre, me despojaba de mi vieja piel cual serpiente, para enfundarme una nueva, diferente a la anterior y mucho más suave.

    ¿Serian los remordimientos lo que dejaba atrás? O ¿Serían mis principios?

    Su presencia me desarmo por completo, me dejo sin argumentos y sin voluntad propia.

    Estaba guapo aquella noche, mucho más de lo habitual. Camisa blanca remangada, vaqueros gastados y zapatos. La barba perfectamente arreglada, y un olor nuevo en su piel y yo que me había acostumbrado a verle en chándal o ropa de deporte y con ese denso olor que caracteriza a los gimnasios supe que deseaba tenerle dentro de mí.

    No puedo recordar que cenamos, solo recuerdo que mientras lo hacíamos nos devorábamos con los ojos, saboreábamos nuestras palabras y las ganas de más, las risas inquietas disimulaban nuestro apetito de piel. Deseaba que me tocase.

    … Y con una sola caricia supe que podía hacerlo, que estaba preparada mental y físicamente para que me acariciase el cuerpo entero. Nos reíamos de no se qué, cuando su mano acarició mi brazo desnudo y sufrí una descarga eléctrica que erizo mi piel e hizo que desapareciera la sonrisa de mi boca. Clavé mis ojos en los suyos y le dije sin palabras: “sigue acariciándome”, y él, mirándome, leyendo el deseo en mis ojos, siguió acariciando mi brazo, suave y lentamente con el dorso de la mano primero, subiendo hasta mi hombro para quedarse allí y con la yema de los dedos rozar mi cuello que ansiaba ya sus manos.

    Retiró el pelo de mis hombros, acerco sus labios a mi oreja, pensé que iba a decirme algo, pero no. Sus labios me rozaron, recorrieron mi lóbulo. Su respiración entrecortada penetraba en mi oído taladrando de anhelo mi cerebro. Y sin poder evitarlo mi espalda se arqueó de placer, gemí, se me cortó la respiración y busque sus labios con mi cuello.

    ¿Nos vamos?- susurro en mi oído.
    Le mire, rocé su oreja con mis labios y susurre un siiiiiiiiiii muy largo.

    Salimos de allí como si el fuego que sentíamos dentro estuviese quemando el restaurante. Me temblaban las piernas. Me sentía muy húmeda y no sabía dónde íbamos. ¿A su casa tal vez? ¿Al coche? ¿A algún rincón oscuro y solitario? El parecía tenerlo claro, se adelantó para indicarme el camino a seguir, me tendió la mano y se la di sin dudarlo, tiró con fuerza de ella y me atrajo hacia su cuerpo, rodeo mi cintura con sus brazos juntando nuestras caderas.

    De repente mi espalda estaba contra una pared atrapada entre su cuerpo fuerte y lleno de deseo. Sus manos perdiéndose dentro de mi vestido rojo. Ya no preocupaba que mi excitación fuera evidente, no me preocupaba la humedad que sentía entre mis piernas ni el calor que desprendía mi cuerpo solo quería saciar mi sed de él.

    Mis manos en su nuca, mi frente pegada a la suya y nuestras bocas entreabiertas sin rozarse.

    Acomodé mis caderas para sentir su erección entre mis piernas y pensé que no me sostendrían cuando Dani hundió su mano en mi sexo.

    Un gemido de placer incontrolado surgió de mi interior y quise más, mucho más.

    Y me deje llevar.

    https://diariodeunaadulteradotcom.wordpress.com/


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