Bueno, pues vengo a exponer mi nueva preocupación imperiosa diaria. Pensaréis que tiene que ver con mi tercer mes de embarazo, la conciliación, la economía, los cambios de mi cuerpo… Pues no, la cosa va de gatos.
Tengo dos gatos, herencia de mi ex. Una, que se encariña con ellos y al innombrable les importaba poquito, pero es lo que hay. Aunque no se desentendiera de ellos, yo los querría conmigo igual a estas alturas ya, pero cómo me jode que me haya complicado la vida una decisión que en un principio no tomé yo (perdonad el desahogo off-toppic).
Al caso: mi pareja actual es extremadamente limpio, ordenado y escrupuloso. Cabe decir que desde antes de empezar nada conmigo sabía que convivía en un piso con dos peludos y que uno de ellos tenía el hábito de mear fuera del arenero, pero ahora conviviendo cada vez los tolera menos. Está muy incómodo en mi casa, eso me incomoda y me apena mucho a mí, por mucho que me esfuerce en quitar pelos y limpiar, pues hay cosas que dificilmente se pueden evitar. Además ya me ha dejado caer lo poco saludable que es este entorno para nuestro futuro hijo/a y yo sólo de pensar en soluciones drásticas me vengo totalmente abajo.
Por demás, es un chico maravilloso que por nada del mundo me gustaría perder, mucho menos por mis gatos (que son como de mi familia) y muchísimo menos con un hijo en camino. Pero me siento entre la espada y la pared.
Habrá alguien que se sienta identificada con mi historia y me puede orientar un poquito? Alguien que haya criado a sus hijos con animales en casa?
Alguna buena experiencia con algún spray específico antiorines?
Algún otro spray que ahuyente a los gatos del sofá y de las camas para intentar reeducarlos y evitar que se nos peguen los pelos en nuestros momentos de relax?
Diormío, algún rodillo milagro y reutilizable para la ropa?
Gracias y perdonad el tostón 😅