El problema de aburrirse contigo es suyo. El problema de que ocupas el último lugar en su lista de prioridades es tuyo, y ya sabes cómo se arregla, como siempre: con una buena dosis de amor propio. Y una buena puerta que suene fuerte al cerrarla. (Vaya formas de hablarte y de intentar solucionar nada tiene el chico…)

Yo te voy a dar el punto de vista opuesto, porque he estado en la situación de él.

Tuve una pareja con la que desde el comienzo, ya supe que me iba a resultar complicado compartir aficiones porque teníamos gustos muy distintos.
Yo soy muy activa y me encanta hacer cosas nuevas y moverme mucho. Él es una persona muy tranquila y disfruta especialmente con cosas como quedarse en casa viendo películas y series y descansando.
Realmente esto no tiene por qué suponer un problema si ambas partes ceden un poco y se amoldan, y durante un par de años fue así.
Lo que pasa es que al final, el hecho de que él no tuviese aficiones ni ilusión por desarrollarse en algo que saliese de la rutina, hizo que no pudiésemos mantener conversaciones.
No fue el único problema, hubo más cosas, pero esto me pesaba enormemente porque me aburría estando con él por no poder compartir cosas y sentir que no podía aportarme estímulos.

No digo que tu caso sea el mismo.
Te cuento esto sólo por el final: acabé conociendo a una persona totalmente opuesta a él en este sentido que me maravilló completamente y esto me abrió los ojos.
Decidí terminar la relación. Pero jamás JAMÁS le hice el vacío ni le reproché cosas que, aunque no encajen conmigo, son facetas de su personalidad que no son dañinas. De todo lo que has contado eso es lo que peor veo: que lo haya enfocado de ese modo, que señala un problema pero no hace nada por arreglarlo ni tampoco te deja, sólo te merma.

Yo te diría que si quieres seguir con esa relación, hables con él y que le exijas compromiso y sinceridad.
Y que si piensas que no tiene motivos y simplemente te está apartando de él, que tengas el valor que a él le falta y que busques tu felicidad plena cómo y dónde la tengas que buscar.
Ánimo y a vivir!

Déjalo, sin más. Hay muchos peces en el mar, y a veces también se puede nadar sola. Ánimo y ni te lo pienses. Un abrazo amiga!