Hola amigas. Tras algunos meses de muchos problemas familiares, he llegado a un punto en el que la ansiedad está pudiendo conmigo. Ahora que parece que empiezo a ver la luz tiendo a sentir alivio y desasosiego a partes iguales, y eso me hace darme unos atracones de comida bastante importantes.
Vivo en un pueblo y desde hace un par de semanas estoy sola en casa ya que mi chico se ha ido por trabajo. A veces, cuando el cuerpo me pide dulce, bajo a la tiendita del pueblo y me compro lo que sea que me apetezca.
Sé que está mal y que es algo que tengonque tratar con mi psicóloga, soy consciente.
El caso es que anoche, poco antes de que cerraran la tienda, me vino a la cabeza comprar un pack de donuts. Salí corriendo y cuando ya estaba en la caja para pagar el dueño, al que conozco de toda la vida, me dijo que lo sentía mucho pero que no me los vendía.
Le pregunté a qué venía aquello y me dijo que eso que yo estoy haciendo es terrible para mi cuerpo y que si quiero fruta, verdura o yogures que me los vende, pero nada de chucherías.
A ver, tengo casi 30 tacos y muchos problemas. Demasiados. Y sé que esconderme tras la comida es horrible, ¿pero quién se cree que es ese tipo? ¿Mi endocrino?
Me pillé un rebote enorme y le dije que se metiera los donuts por el culo (literal), y que él no es nadie para hacerme sentir a mí como si fuese una yonki de la comida.
Puede que me pasara un poco porque quizás sus intenciones no eran malas pero ¿no habríais actuado vosotras igual que yo? No tengo tanta confianza con él como para que me venga con esas mierdas, de verdad…
El dueño del ultramarinos se niega a venderme dulces
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FresiInvitado
ResponderNereaInvitadoSoniteInvitadoResponderVale que lo diga por tu propia salud y todo lo que quieras, pero estamos con lo de siempre «te he pedido tu opìnión?, no verdad? pues cállate». Todos solemos ser conscientes de lo que hacemos y sus consecuencias (no siempre, pero sí la mayoría de las veces), y que alguien que «ni te va ni te viene» vaya de ese palo, pues toca un poco los cojones, la verdad… Es que me indignan los «metomentodo» que se toman esas libertades de decirte lo que es bueno y lo que no para los demás.
NadaMasSeñoriaInvitadoResponderYo no lo hubera mandado a la mierda (y no por ganas!!) sino que le hubiese pedido el libro de reclamaciones, eso sí que le jodería. Si no te lo quisiese dar tendrías que llamar a la policía ya que es ilegal no facilitarlo o no tenerlo y ahí sí aprendería a meterse sus opiniones de endocrino por el culo! Por mucha confianza que tengas con él no se lo vuelvas a permitir.
Siento que te haya pasado, y que sepas que con trabajo todo se cura! Besitos miles!!!LiliInvitadoResponderYo hubiese abierto el paquete de donuts y los hago polvo en el mostrador y le hubiese dicho lo mismo, que se los meta por el culo. Tus problemas son tuyos. Y da igual si es bien o mal, tu lidias con eso como puedes. La gente que fuma se hace más daño que la que come en exceso y a nadie le dejan de vender una caja de tabaco por «fumar mucho» ese hombre se pasó, y mucho más si no te tiene la confianza suficiente. Yo que tu pondría una carta de reclamación y lo acusaría de gordofobia. Hace un tiempo estaba pasando una mala, malísima racha de depresión, estaba a punto del suicidio y el peso era una de las cosas que más me influía en ese estado. Un día fui al kebab a comprar comida y el hombre me preguntó que si toda esa comida era para mi. Y le dije que si, se río y me dijo que no me la iba a vender porque me pondría peor de lo que ya estaba y que era muy bonita para estar tan gorda. Me lo dijo de una forma muy sutil, fue hasta amable y cariñoso al punto que me su forma de ser tan cariñoso y » preocupado» me hizo sentir mucho peor. Ese día llegue a mi casa y me corté las venas… era lo que me faltaba, además de todo lo mal que me sentía yo misma que un extraño tuviera más compasión de mi que yo misma. En fin, al final no llego a mayores porque mi amiga me encontró pero siempre recuerdo que ese fue el detonante. No digo que el tuviera la culpa, pero mi mente no estaba para esa clase de charla de «buena gente» a veces estamos al límite y esos comentarios nos joden más.
SaraInvitadoResponderCreo que es un gilipollas pero con mayúsculas, que se meta en su vida, no eres una niña a su cuidado. Eres una persona adulta y si haces algo que no es bueno para ti lo tienes que decidir tu. A ver si ahora comer Donuts es incapacitante. Menudo impresentable.
LoevellaInvitadoResponderNerea no estoy deacuerdo con tu comentario. El vendedor no es su padre ni nadie de su entorno, por lo que deberia meterse sus consejos y opiniones que nadie le ha pedido, como bien ha dicho fresi, por donde le quepa. A mi no me parece nada apropiado ese comentario, eres un vendedor y como vendedor que eres deberias cobrar lo que sea que la gente quiera comprar ya que ese es tu trabajo, no eres médico. Igual que un dependiente de estanco no le dice a todos los clientes que fumar es malo este señor no deberia opinar sobre si la chica debe o no comer dulces.
MarinaInvitadoSaraInvitadoResponderComo ahora todos decidan tutorizarnos por estar gordas la llevamos clara.el problema es que la gordura se ve, pq seguro que ese señor tiene sus propios problemas pero que socialmente están aceptados como beber sus copitas o fumar, y nadie le dice que no le vende cogarrillos pq está incapacitado para decidir lo que quiere. Me parece increible
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